Cinismo por lado rojo y oportunismo por otro azul– Por Raymond Azar

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El pasado lunes 8 de marzo de 2021 la administración de Joe Biden cumplió una de sus promesas electorales, el TPS (Temporary Protected Status)  para los venezolanos. ¿Una medida necesaria? Si, claro que sí, alrededor de 320.000 venezolanos podrán beneficiarse de este estatus migratorio dentro de los Estados Unidos, por lo menos por los próximos 18 meses.

El gesto sin dudas es muy bien visto por la comunidad de nuestros paisanos, así existan diferencias políticas con la administración actual, pero esta medida es solo un alivio para quienes residen dentro del país norte americano, pero solo para ellos. ¿Qué pasa con los qué quedan dentro de Venezuela? El futuro es incierto y poco prometedor, así como poco probable salida de la dictadura.

Este alivio, solo será eso, un alivio momentáneo en contra de una consecuencia, que sin una acción contundente no se acabará con la causa. Mientras la causa siga existiendo la consecuencia también lo hará. Lamentablemente este TPS puede convertirse en algo contraproducente por varias razones; la causa que genera la migración forzosa sigue viva, un régimen como el de Nicolás Maduro solo compra tiempo con este tipo de medidas, el Estado se satura notoriamente de responsabilidades y trámites que ya de por si son muy lentos, como también sobrecargan el presupuesto público, reducen presión política y generan oportunismos, además de crear una impresión o ilusión de que el Estado Americano tiene total control de la situación, cosa que tampoco es así, deteriorando cualquier proceso real o serio contra regímenes dictatoriales como el venezolano.

Después de esta impresión sobre esta medida aplaudida por muchos quizás están viendo el ahora pero no el después, quienes no han perdido tiempo en ver el ahora y el después son la dictadura y la mal llamada oposición venezolana, cada día queda más claro que Venezuela se debate entre bandos criminales y oportunistas.

Como era de esperarse el “embajador” Carlos Vecchio no tardó en atribuirse e incluirse en la medida migratoria dictada por la administración Biden. “Esta es una propuesta que incansablemente «hemos impulsado» desde el año 2019, a lo largo de nuestra gestión en la Embajada de Venezuela del Gobierno Interino del Presidente Juan Guaidó. El TPS es una medida justa, necesaria y urgente, que finalmente se hace realidad”, reza parte del texto escrito en su cuenta twitter. Señalar ese «hemos impulsado» no solo es irónico, sino que es muy oportunista, si ellos hubiesen realizado su trabajo desde el principio, no estaríamos 320.000 venezolanos “celebrando” una medida migratoria, estaríamos regresando más de cinco millones de exiliados a nuestro país, evidentemente el lado “opositor” busca atribuirse cualquier victoria para ellos seguir teniendo excusas que los mantengan como máxima representación a nivel internacional y sobre todo en Estados Unidos, la administración de Trump hizo un perfecto papel de “sugar daddy” con una oposición prostituida políticamente, algo que sin duda quieren repetir con la administración actual.

Por otro lado, para cerrar con broche de oro, la dictadura a través de su interlocutor o bufón de turno indeterminado Jorge Arreaza, exigió” el levantamiento inmediato de las sanciones tras el otorgamiento del TPS.

“Lo coherente sería que el siguiente paso de la nueva Administración de Estados Unidos sea el LEVANTAMIENTO TOTAL de las sanciones arbitrarias que generan dolor y sufrimiento en el

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pueblo de Venezuela, tal como lo exige la Organización de las Naciones Unidas”, escribió en Twitter el criminal de Jorge Arreaza con el cinismo bobalicón que lo caracteriza.

El TPS puede estar a nada de convertirse en una puñalada a Venezuela, porque si cesa la presión sobre la dictadura del principal aliado, es momento de empezar a asumir que terminamos de perder lo poco que queda de nuestro país.

Si la administración Biden concreta su política de diálogo como lo hizo la administración de Obama, el panorama no es que no será prometedor, simplemente será la sentencia de muerte a las aspiraciones de libertad que tenemos todos los venezolanos, aun a esto me apego a aquel principio estadounidense que tanto gritan en este país con mucho orgullo que es: “Los Estados Unidos no negocia con terroristas” recordando así que el dictador Nicolás Maduro y su cúpula criminal tienen orden de captura y precio por el Departamento de Estado, confiando así en el respeto en las instituciones aspiro a que no exista ese dialogo que muchos desean para seguir ganando tiempo, incluyendo factores de oposición. Son muchos quienes aspiran a la impunidad.

Venezuela está cada vez más cerca del abismo, sin política coherente, sin estado de derecho, con colaboracionismos