Fuerzas policiales haitianas ultimaron a cuatro mercenarios que participaron en el ataque al mandatario y detuvieron a otros dos.
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Muchos factores jugaron en contra del asesinado presidente de Haití, Jovenel Moïse. En sus cuatro años de gobierno, el mandatario se ganó muchos enemigos. Entre ellos, la dictadura de Nicolás Maduro destaca como uno de los que más daño hizo a su gestión.
El brutal magnicidio, ejecutado por un grupo de mercenarios, dejó una escena del crimen escalofriante. De acuerdo con los informes forenses Moïse recibió 12 disparos de con balas de alto calibre y nueve milímetros.
Pero los hechos que condujeron a su asesinato y al caos en el que hoy está sumido el país tienen mucho que ver con Caracas. De acuerdo con el diario El País, la sintonía política de Moïse con el expresidente de EEUU, Donald Trump, en cuanto al caso Venezuela, le ganó la enemistad de Maduro.
Reseña el medio español que «Moïse había vivido un idilio con Donald Trump debido, entre otras cosas, a su activismo contra Venezuela y su decisión de cortar lazos comerciales con el mundo bolivariano».
En respuesta, añade El País, el chavismo filtró documentos sobre una supuesta corrupción de Moïse vinculada a PetroCaribe, organismo multilateral controlado desde Caracas.
Ese escándalo fue uno de los catalizadores de la inestabilidad en la que ha estado envuelto Haití en los últimos años.
El País agrega que no es «casualidad» que las autoridades haitianas filtraron en el comunicado que anunciaba la muerte del mandatario que los asesinos hablaban español.
El escándalo de PetroCaribe
Según las filtraciones del chavismo, una empresa de Moïse (antes de que fuera presidente), habría recibido más de 700.000 dólares del fondo de desarrollo venezolano Petrocaribe. Nunca ejecutó los proyectos. Eso colocó al presidente asesinado en el centro de una trama «de malversación de fondos”.
No era el único señalado, pero los miles de haitianos que salieron a protestar a mediados de 2019 lo convirtieron en el blanco de su descontento. Ese año estuvo marcado por grandes movilizaciones que resultaron en la muerte de varios manifestantes debido a la acción policial.
El mandatario tampoco logró mejorar las condiciones de inseguridad, desempleo, y males enquistados como el terremoto y posterior tsunami de 2010, reportaba France 24.
Otros enemigos de Moïse
Moïse era impopular y lo consideraban autoritario. El presidente estadounidense, Joe Biden, veía con buenos ojos la opción de celebrar comicios en septiembre y tratar de aminorar la crisis.
Moïse era odiado por un grupo de familias entre las que estaban los Vorve. Dueños de la electricidad del país, fueron apartados del negocio en la electrificación por el presidente asesinado. A ellos y a otras de las poderosas familias que controlan la economía, Moïse atribuía los intentos de golpe de Estado y magnicidio.
Otros de sus enemigos son las decenas de senadores, y los negocios asociados a ellos. Una refora constitucional planteada por Moïse propone crear un parlamente unicameral y abandonar las figuras de Asamblea y Senado que está vigente.
También dentro de su partido, el PHTK, el nombramiento de un primer ministro cercano a él había creado malestar y enemigos en la cúpula al verse alejados del poder.
Paralelamente, Jimmy Barbecue Cherizier, expolicía y líder una de las bandas criminales más poderosas de Puerto Príncipe, había llamado recientemente a tomar el poder y comenzar una “insurrección de los pobres”.