El boxeador venezolano residía en Trinidad & Tobago, donde Sella desde el año 2017 tras huir de Venezuela, uno más de los cinco millones de exiliados que solo buscaba cumplir un sueño, el gobierno de la isla le otorgó una visa especial al boxeador para viajar a Tokyo, pero no ha permitido su regreso al país. ¿Cómo sucede esto? ¿Para qué otorgar esa visa? ¿Es necesario someter a esta humillación a un refugiado? Trinidad y Tobago, un país tercermundista y aliado de la dictadura venezolana, lo único que ha hecho en los últimos tiempos es maltratar a los venezolanos.
El Ministro de Seguridad Nacional de Trinidad & Tobago le dijo al medio Newsday que, efectivamente, el país no había aprobado el regreso del atleta, sin dar ninguna otra razón.
“No, no creo que sus documentos estén para regresar a Trinidad. Se fue de Trinidad (el martes) por lo que supe, por lo tanto, le deseo lo mejor y el mayor de los éxitos en su esfuerzo,” dijo Fitzgerald Hinds.
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Un accionar de este gobierno que carece de lógica, porque para esto era más sencillo no otorgarle el permiso de salida. Trinidad y Tobago, como de costumbre, caminando por el lado incorrecto, el inhumano, el cruel, el que va de la mano de la dictadura venezolana.
Pareciera que la presencia del atleta afectó la imagen internacional del dictador venezolano, que busca desesperadamente lavar su rostro ante la comunidad internacional, sin embargo siempre ocurren hechos que lo único que hacen es alimentar lo que todos ya sabemos.
Hoy Eldric Sella dejó K.O. a la dictadura ante la comunidad internacional, Sella es merecedor de una medalla de oro por su honor y también es merecedor de vivir en un país en libertad, como los cinco millones de venezolanos exiliados.