El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, recibió este martes un inusual desfile militar en Brasilia, un despliegue que fue visto por la oposición como un intento de líder de la ultraderecha brasileña por intimidar al Congreso durante una votación clave para el Gobierno.
Un convoy de vehículos militares blindados de las tres Fuerzas Armadas desfiló hoy por la Explanada de los Ministerios, una céntrica avenida de la capital brasileña en la que se encuentran todos los edificios del poder público, en el marco de la Operación Formosa.
La operación organizada por la Marina ocurre anualmente desde 1988 en Formosa, a unos 300 kilómetros de Brasilia, pero es la primera vez que los blindados provenientes de Río de Janeiro pasan por Brasilia y son recibidos por un presidente de la República.
Acompañado por los tres comandantes de las Fuerzas Armadas, Bolsonaro, un capitán de la reserva del Ejército, siguió el desfile desde las puertas del Palacio presidencial de Planalto y recibió una invitación para asistir al entrenamiento militares que tendrán lugar el próximo 16 de agosto en Formosa.
El desfile fue duramente criticado por la oposición brasileña, que acusó a Bolsonaro de intentar realizar una demostración de fuerza el mismo día en el que la Cámara de Diputados tiene previsto comenzar a votar una propuesta del mandatario para retomar el voto en papel, como complemento del actual sistema de voto electrónico.
Bolsonaro, quien buscará su reelección el próximo año, insiste, sin pruebas, que las urnas electrónicas fomentan «fraudes» y, por ello, presiona al Congreso para que apruebe un sistema mixto de voto electrónico y de papeletas.
«Es inaceptable, todavía, que las Fuerzas Armadas permitan que su imagen sea expuesta de esta manera, usada para sugerir el uso de fuerza en apoyo a la propuesta antidemocrática y de carácter golpista, defendida por el presidente de la República», resaltaron hoy en un comunicado nueve partidos de izquierda y centroizquierda, entre ellos el Partido de los Trabajadores (PT) del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
En el campo de la centroderecha, el gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, afirmó que el «inédito e innecesario desfile de tanques de guerra» en Brasilia es una «clara amenaza a la democracia».
«La iniciativa vuelve a flirtear con el autoritarismo. Brasil quiere democracia, respeto a la Constitución y a la libertad», señaló Doria, principal antagonista de Bolsonaro en el campo conservador.
El expresidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, también del campo conservador, comparó a Bolsonaro con el expresidente peruano Alberto Fujimori.
«El último presidente que inventó pasear de tanque acabó mal el Gobierno y fue preso: Alberto Fujimori, en Perú», señaló Maia.
En medio de las crecientes críticas, la Marina resaltó en un comunicado que el desfile fue planeado antes de la votación en el pleno de la Cámara, prevista para este martes, y que por ello no existe «relación» entre ambos acontecimientos.
AP |
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