La práctica de Estados Unidos de expulsar a migrantes centroamericanos al interior de México para de ahí ser deportados a sus países de origen provocó inquietud en diversas agencias de la ONU en torno al trato que reciben los migrantes vulnerables que requieren protección humanitaria.
Los detalles de la inusual medida bilateral también comenzaron a salir a la luz poco a poco: Un funcionario guatemalteco señaló que México está enviando en autobús a guatemaltecos, hondureños y salvadoreños hacia remotos cruces fronterizos con Guatemala después de que arriban en vuelos del gobierno estadounidense.
Autobuses del Instituto Nacional de Migración de México están trasladando a esos migrantes hacia los cruces fronterizos de El Carmen y El Ceibo. Este último es particularmente remoto y cuenta con un pequeño albergue, pero no mucho más.
Guatemala no está participando en la campaña conjunta, aclaró el funcionario, quien habló a condición de guardar el anonimato porque no estaba autorizado a tocar el tema de manera pública.
Un portavoz del INM de México dijo que no tenía información.
El Instituto Guatemalteco de Migración confirmó posteriormente en un comunicado que grupos de migrantes habían llegado a El Ceibo y El Carmen. La agencia indicó que siempre trata de mantener un proceso de control migratorio, e hizo énfasis en la necesidad de continuar con esos controles, así como con los requisitos de salud relacionados con la pandemia. No mencionó los vuelos estadounidenses hacia el sur de México.
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS por sus iniciales en inglés) confirmó la semana pasada que había comenzado a expulsar a migrantes por vía aérea hacia México en conformidad con una facultad implementada debido a la pandemia, la cual evita que los migrantes pidan asilo en la frontera.
Funcionarios que hablaron a condición de guardar el anonimato dijeron a The Associated Press que en los vuelos van familias centroamericanas a las que México habrá de deportar a sus países de origen después de que aterricen en territorio mexicano.
Matthew Reynolds, el representante de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en Estados Unidos y el Caribe, dijo que enviar de regreso a los solicitantes de asilo a sus países de origen sin una evaluación adecuada de los peligros de los que huyen representaría una violación al derecho internacional.
“Los individuos y familias a bordo de esos vuelos, que podrían requerir protección urgente, se arriesgan a ser enviados de regreso a los peligros mismos por los que han huido de sus países de origen en Centroamérica sin oportunidad alguna de que esas necesidades sean evaluadas y atendidas”, declaró Reynolds en un comunicado.
Los vuelos hacia el sur de México también generan presión sobre los limitados recursos humanitarios de México y elevan el riesgo de infecciones de coronavirus, añadió Reynolds.
La agencia para los refugiados fue una de cinco agencias de las Naciones Unidas que expresaron su preocupación por el hecho de que el gobierno estadounidense siga sin permitir el proceso normal de asilo amparándose en una justificación de salud pública. Las otras agencias fueron la UNICEF, el Consejo de Derechos Humanos, ONU-Mujeres y la Organización Internacional para las Migraciones.
Natalia Lorenzo, de la Procuraduría de Derechos Humanos de Guatemala en Petén, dijo que el miércoles el albergue para migrantes en El Ceibo estaba atestado, y que vio a cuando menos 15 hondureños caminando luego de que funcionarios mexicanos los dejaron en la frontera.
“La gente está caminando sobre la carretera porque dicen que no tienen dinero para poder regresarse en bus a su país; fue una forma abusiva como los están dejando nada más en la frontera”, declaró.
El DHS, que no ha respondido a preguntas sobre los vuelos desde el primero efectuado el jueves pasado, señaló que la frecuencia con que algunos migrantes reinciden en cruzar la frontera y lo altamente contagioso de la variante delta de coronavirus hicieron necesario reanudar los vuelos hacia México.
Daniel Berlin, subdirector de la organización no gubernamental Asylum Access, dijo que ésta es el mayor proveedor de servicios jurídicos para los solicitantes de asilo en México, pero que no se les ha dado ningún acceso a la gente que está siendo enviada en avión al sur de México, a pesar de tener una oficina en Villahermosa, donde han aterrizado vuelos estadounidenses esta semana.
Enviar por avión a solicitantes de asilo a México, donde las autoridades mexicanas luego los deportan a Guatemala, es ilegal, denunció Berlin.
“Si México va a devolver por la fuerza a cualquier persona de México a Guatemala, tiene obligaciones internacionales de asegurarse de que la gente que esté devolviendo no necesite protección internacional, no necesite el estatus de refugiado”, agregó Berlin. “Hasta donde tenemos conocimiento, eso no está ocurriendo para nada”.
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