Elliott Abrams, quien ejerció como enviado especial de la Administración de Donald Trump para Venezuela, consideró esta semana que Estados Unidos debe respaldar a la oposición venezolana si esta decide participar en las próximas elecciones regionales y municipales del 21 de noviembre, o si decide eliminar o reformar el Gobierno interino.
En una columna de opinión publicada en The Hill, Abrams analizó que es posible que Maduro haga algunas concesiones electorales, como autorizar misiones de observación internacional, para que haya elecciones “imperfectas pero aceptables”.
“Si las fuerzas democráticas en Venezuela deciden participar en las elecciones, debemos respaldarlas y organizar enérgicamente la presión internacional para obligar a Maduro a cumplir las promesas que ha hecho sobre las condiciones electorales“, señaló.
Pero Abrams fue aún más allá, y aseguró que “si el liderazgo de la oposición decide cambiar la forma del gobierno interino (o incluso cerrarlo), también deberíamos respaldar ese juicio“.
“Lo que no debemos hacer es tratar al régimen de Maduro como un gobierno legítimo y permitirle enviar un embajador a Washington y tomar el control de la embajada venezolana“, precisó.
También consideró que Estados Unidos no debería levantar ninguna sanción “excepto cuando el régimen tome medidas significativas como liberar a todos los presos políticos y detener las detenciones de más de ellos, permitir una prensa libre, permitir el regreso de los exiliados políticos y devolver a los partidos políticos democráticos a sus liderazgos electos”.
Negociación en México
Elliott Abrams indicó que Estados Unidos debe respaldar el proceso de negociación iniciado en México con la mediación de Noruega, país que “se ha mostrado decidido a buscar formas de iniciar las conversaciones sin abandonar nunca su apoyo obvio al retorno a la democracia en Venezuela“, dijo.
Sin embargo, advirtió que es poco probable que el régimen de Nicolás Maduro acceda a realizar elecciones presidenciales libres y justas.
“Para la oposición y sus partidarios internacionales, una cuestión clave es si los acuerdos alcanzados pueden abrir un camino hacia unas elecciones presidenciales verdaderamente democráticas en 2024. Eso parece poco probable, porque supone que el régimen de Maduro está dispuesto a contemplar perder el poder y tomar el riesgo de que la pérdida de poder sea seguida de enjuiciamientos por los muchos crímenes que han cometido Maduro y sus compinches. Estos no se limitan a grandes cantidades de robo – miles de millones de dólares en ingresos petroleros robados – sino también a torturas, asesinatos y crímenes de lesa humanidad, como concluyó una misión de investigación de la ONU”, señaló.
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