Francia quiere que Estados Unidos permita y facilite la evacuación de Kabul de los ciudadanos de sus países aliados y de todos los afganos cuyas vidas corren peligro, y eso implica que la operación en el aeropuerto dure tanto como sea necesario y con una mayor coordinación.
En una entrevista publicada este domingo por Le Journal du Dimanche, el ministro francés de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, cuenta las demandas que planteó a EE.UU. en la reunión de la OTAN del pasado viernes sobre la crisis afgana e insiste en que no tiene que haber precipitación.
Afirma que las fuerzas y los diplomáticos franceses seguirán en el aeropuerto de Kabul mientras se mantenga abierto y puedan estar seguros porque más allá de la «prioridad» de sacar a «algunos franceses» que quedan en el país, su «responsabilidad moral» es sacar a «los afganos amenazados a causa de sus compromisos anteriores».
«Necesitamos -añade- un tiempo para cumplir con ese deber que se cuenta en días o en semanas, no en meses».
El jefe de la diplomacia francesa también reclamó a Washington el viernes una coordinación «más eficaz y más reforzada» con sus aliados.
Insiste en que su país instruye los casos de todos los afganos que se han manifestado por estar amenazados, una lista cuyo número se alarga cada día y que tiene «cientos de nombres».
Anoche llegó a París el quinto vuelo con evacuados de Kabul, en este caso un centenar de personas, en su inmensa mayoría afganos. Desde el comienzo el lunes de las rotaciones entre la capital afgana, la base de Abu Dabi que se utiliza para las escalas y el aeropuerto parisino Charles de Gaulle ya han sido exfiltradas más de 600 personas en total.
Le Drian señala que el único problema para sacar a las personas amenazadas de Afganistán es cómo llegar hasta el aeropuerto de Kabul ya que hay controles de los talibanes y luego una situación de caos a la entrada del aeropuerto, con más de 10.000 personas que se han concentrado allí.
El ministro repite que Francia no reconocerá a los talibanes «que han tomado el país por la fuerza», y que para cambiar esa posición ponen cinco condiciones.
Se trata de permitir a los afganos que quieran irse del país; renunciar al terrorismo no solo de palabra, sino en particular con una «ruptura oficial» con Al Qaeda; dar libre acceso a la ayuda humanitaria; respetar los «derechos fundamentales, y de forma prioritaria los de las mujeres»; y formar un «gobierno de transición».
El titular de Exteriores pone el acento en las diferencias entre la situación en Afganistán y en el Sahel, donde Francia mantiene una operación militar antiterrorista desde 2013, con una presencia de fuerzas que ha decidido reducir en los próximos meses.
En primer lugar, señala que en el Sahel el terrorismo de Al Qaeda y del Estado Islámico sigue activo y, sobre todo, «a diferencia de los estadounidenses en Afganistán, nosotros no nos vamos. Nos adaptamos».
En concreto, su estrategia pasa por la operación Takuba con otros socios europeos, cuya misión es dar apoyo a los ejércitos de los países del Sahel en la lucha contra los grupos terroristas.
EFE |
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