El alto representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Josep Borrell, inicia este miércoles su primera visita oficial a Washington desde que el demócrata Joe Biden llegó a la presidencia estadounidense, a fin de celebrar diversas reuniones de alto nivel.
El viaje se prolongará hasta el viernes 15 y tiene lugar tras los diversos contactos que ya ha mantenido Borrell con el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, y tras la cumbre entre la UE y Estados Unidos celebrada en Bruselas en junio pasado, destacó en un comunicado el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE).
Según el servicio que dirige Borrell, el objetivo de la visita será avanzar la agenda transatlántica y abordar los acontecimientos internacionales urgentes.
En sus conversaciones con la contraparte estadounidense, el jefe de la diplomacia comunitaria “subrayará que la fuerte alianza entre la UE y EE. UU. es clave para hacer frente a retos globales” como la pandemia de coronavirus y la recuperación económica, el cambio climático y los retrocesos democráticos, o para “seguir defendiendo valores comunes y garantizar la seguridad y la prosperidad globales”.
El jueves, Borrell se reunirá con Blinken para discutir sobre asuntos de la agenda internacional, así como iniciativas para profundizar más la asociación estratégica entre la UE y EE. UU. y avanzar en la cooperación en el ámbito de la Política Exterior.
A continuación, está previsto que el político español celebre una reunión con la vicesecretaria estadounidense de Defensa, Kathleen Hicks, a fin de abordar cómo reforzar más la colaboración en seguridad y defensa, apuntó el SEAE.
El viaje de Borrell tiene lugar en un momento en que la UE quiere potenciar su autonomía estratégica para depender menos de potencias como Estados Unidos en su acción exterior, como han señalado desde Bruselas especialmente tras la retirada estadounidense de Afganistán.
También se produce después de las fricciones que causó el anuncio de una nueva alianza de defensa entre EE. UU., el Reino Unido y Australia, conocida como Aukus, y que supuso la cancelación por parte de Canberra de un multimillonario contrato con Francia para adquirir submarinos.
Esa situación provocó dudas en la UE sobre el mantenimiento de la primera ronda de negociación del Consejo de Comercio y Tecnología con Estados Unidos, cita que finalmente se mantuvo a finales de septiembre en Pittsburgh (Pensilvania, EE. UU.) con la ambición por ambas partes de cooperar en la regulación de bienes y servicios tecnológicos como la inteligencia artificial, las redes 5G y 6G o los semiconductores, materiales cuya escasez mundial pone en riesgo la fabricación de microchips.
EFE
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