Quizás estás letras no sean de agrado para muchos, o quizás sean crueles para otros, no me alegro de la desgracia ajena, pero hay que decir que Raúl Baduel fue devorado por la revolución que el solo regresó al poder. Luego del golpe de Estado a Hugo Chávez en 2002, fue gracias al General Raúl Baduel que el chavismo se ancló en el poder, esa lealtad hacia su compadre, que no dejó caer el chavismo.
Sumergido en su ego, otro error garrafal que cometió Baduel fue no sacar a su familia del país, lo cual lo hizo presa fácil, si bien el pensaba que era “indestructible”. Aunque muchos rechacen esto, a Baduel lo admiraban muchos, y un ejemplo de ello fueron Jairo y Abraham Lugo, masacrados en el Junquito junto a Óscar Pérez. También muchos opositores, como siempre oportunistas, como Voluntad Popular buscaron alianzas con Baduel sólo para llegar al poder.
Y sí, eso es innegable, Baduel tuvo lo que no tiene ni ha tenido nunca Padrino López: admiración y respeto de un grupo numeroso de soldados.
Lejos de ser un mártir, hay que recordar que fue él quien permitió la injerencia cubana en las Fuerzas Armadas Nacionales; fue el padrino del lema “patria, socialismo o muerte”, ayudando a terminar de politizar algo que debe estar alejado de la política en cualquier escenario. Tiempo después, intentó desarticular el chavismo, sí, sin éxito, fue descubierto y le hicieron pagar ese “error”. A Baduel lo dejaron morir, no tenía COVID, su familia lo desmintió, pero ante el trato inhumano, cualquier cuerpo se da por vencido, más aún siendo mayor de 60 años. Baduel no recibió asistencia médica necesaria y punto, también obligaron a su hijo quien está preso por participar en la Operación Gedeón decir que la causa de su muerte fue el virus, y a sus familiares le prohibieron hablar.
Baduel se convirtió en el reflejo de lo que el mismo creó.
Aunque el fiscal de la dictadura de por twitter la «causa» de la muerte seis horas antes que la autopsia, es algo sin sentido, estúpido y absurdo, no podrán dibujar otra cosa, por más que corran realizando entierros de emergencia. Esto ya se vió con Óscar Pérez.
Casos como este sobran. El chavismo es la traducción literal de: Muerte.
Que es lamentable la situación de los familiares, es algo cierto. Los hijos no tienen culpa de las acciones de un padre, sin embargo, están bajo una especie de condena sólo por llevar el apellido “Baduel”. Tampoco ningún hijo quiere perder a un padre, menos de esta manera, es cruel, sí, pero el General al final de cuentas pagó por sus actos, no de traición a la revolución asesina, sino de traición al país.
Baduel no es un mártir, Baduel es un mensaje a todos aquellos que quieran traicionar a la revolución, como también lo es Rodríguez Torres, una realidad innegable.
Son diez los presos políticos que han muerto bajo custodia de la tiranía de Nicolás Maduro, muertes que sólo han generado más miedo que claridad, ninguna ha sido por causa natural, clara evidencia de la violación de derechos humanos que se vive en Venezuela.
El régimen ha disfrazado las muertes ocurridas a manos del SEBIN, lo que si sigue así superará los números de muertos diarios dentro de la morgue de Bello Monte.
El 12 de Marzo de 2015 Rodolfo González (Piloto) murió dentro de su celda, no investigaron las causas y Luisa Ortega señaló que había sido un suicidio por ahorcamiento.
Ahorcamiento sin hematomas en el cuello.
El 17 de Septiembre de 2017 Carlos García sufrió una ACV y se le negó la atención médica oportuna, causándole la muerte.
No hubo responsables.
El 8 de Octubre de 2018, Fernando Albán fue lanzado de la azotea del SEBIN de Plaza Venezuela, también quisieron dibujar un suicidio en un edificio de máxima seguridad, en una zona restringida. La verdad es que Albán ya estaba muerto cuando cayó del decimo piso.
No hubo responsables, nadie vio nada, ni las cámaras de seguridad que se encontraban apagadas casualmente.
El 5 de Febrero de 2019 Virgilio Jiménez de 20 años, murió de una enfermedad intestinal generada por las insalubres condiciones de su reclusión.
Tampoco hubo responsables.
El 7 de Marzo de 2019, Ángel Sequea, quien denunció las irregularidades de CORPOELEC fue asesinado en la sede del SEBIN por estrangulamiento.
El resultado fue el mismo que en las ocasiones anteriores.
El 29 de Junio de 2019, cambió un poco el panorama cuando asesinaron por torturas al Capitán Rafael Acosta Arévalo, de quien en principio quisieron señalar como una caída por unas escaleras.
Acosta pidió auxilio al Juez que lo sentenció a esta muerte atroz en su último aliento.
El 3 de Enero de 2021, Salvador Franco murió por desnutrición, otra causa más sin responsables.
El 29 de Agosto de 2021 Gabriel Medina falleció por insuficiencia respiratoria: se le negó la atención médica.
Hoy por hoy la dictadura tiene el mejor aliado para tapar las muertes, la pandemia. Baduel no será el último, vendrán más, eso es seguro. Pero la verdad de todo esto, es que quizás ninguno de estos mencionados anteriormente, habrían tenido este fatal desenlace, si la revolución no hubiese renacido en el 2002.
Baduel no fue un héroe, tampoco un mártir, Baduel fue una causa de finales desastrosos, y ahora le tocó a él. La pandemia se ajusta como anillo al dedo del chavismo para mantenerse en el poder y ahora para asesinar personas.
Patria, socialismo o muerte… Por “COVID” si traicionas el legado de Chávez.
