Maduro planea construir en El Ávila la primera ciudad comunal

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Nicolás Maduro anunció que tiene planeado construir en el Parque Nacional El Ávila, renombrado por el chavismo como Waraira Repano, en la primera ciudad comunal del país.

Las redes estallaron en rechazo ante tal anuncio que aseguran, pone en riesgo el Parque Nacional, protegido desde 1958 por la Ley de Parques Nacionales.

El Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos llamó inmediatamente a los venezolanos a no permitir un ecocidio. “El Ávila es un parque nacional. El Ávila es un pulmón para Caracas. El Ávila es un patrimonio natural de Venezuela. Anunciar una “ciudad comunal” para El Ávila solo traerá más destrucción. La ley de parques nacionales lo protege desde 1958. No permitamos un ecocidio en El Ávila“, alertaron a través de Twitter.

La propuesta anunciada por Nicolás Maduro estará condicionada a la aprobación de la Ley de Ciudades Comunales, actualmente en discusión en la Asamblea Nacional afín al oficialismo.

Les garantizo que aquí mismo en esta montaña, una vez que aprueben la ley, promulgaré con mi firma de jefe de Estado la Ley de Ciudades Comunales y constituiré en el Waraira Repano la primera ciudad comunal del país”, declaró.

Sin embargo, el Ávila es un parque nacional protegido desde 1958, instrumento legal que obliga al Estado a garantizar la conservación de su fauna y flora, y aunque están permitidas las actividades de carácter turístico y recreacional, estas no deben afectar a su ecosistema.

Según reseñó El Diario, con el decreto Nº 30 408 firmado en 1974 por el presidente Carlos Andrés Pérez, se extendió la zona protegida de la sierra, quedando con un área total de 85.192 hectáreas.

Explican que, si bien existen varias poblaciones que desde hace décadas pueblan El Ávila, entre ellas Galipán, todas fueron fundadas a lo largo del Camino de los Españoles, antigua ruta usada en la época colonial para ir de Caracas a La Guaira y por tener casi un siglo de existencia al momento de crearse el parque nacional, se permitió su permanencia.

No obstante, guardabosques y grupos ecologsitas han mostrado su preocupación por el crecimiento de algunos de estos caseríos, así como la expansión de sus áreas de cultivo. También por la aparición de invasiones en sus faldas, tanto en Caracas como en Macuto. Si bien han sido desalojadas en su mayoría, todavía son un riesgo latente de deforestación y contaminación.

El Nacional