¿La falta de unidad en la oposición influyó en los resultados y en la alta abstención electoral?

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Varios factores influyeron en los resultados de las elecciones del domingo 21 de noviembre, donde con 58,2% de abstención, el chavismo se llevó 20 de las 23 gobernaciones. Analistas políticos coinciden en que falta de unidad y coordinación en el sector opositor del país evitó que se conquistara un mayor número de espacios.

«Sin duda que el hecho de que la oposición no va unida a este proceso se convierte en un factor clave. Esto explica por qué no se pudieron obtener al menos ocho gobernaciones», señaló a El Nacional el politólogo John Magdaleno.

Aunque el efecto de la coordinación estratégica no se pudo medir en esta oportunidad, esto suele tener un impacto sobre las preferencias electorales del pueblo. Magdaleno explicó que, en base a experiencias en otros procesos electorales, cuando los ciudadanos ven a una oposición unida y competitiva, aumenta el cauce y potencial de este sector político.

Para el también politólogo Ricardo Sucre en Venezuela ya hay una abstención militante. Es decir, ya no es una reacción del pueblo ante determinadas condiciones, sino que se convirtió en un actor político invisible que influye en los resultados.

¿Abstención? ¿El peso de la división?

Sucre coincidió en que la división tuvo un peso importante en la cifra de abstención de estos comicios. «En el 2017 ocurrió algo similar, solo que para ese entonces se presentaron candidatos sólidos y fuertes y la abstención no influyó tanto como este 2021. Al observar los números de ayer hay estados en los que si se suman los resultados de todos los candidatos de oposición entonces se hubiese ganado», señaló.

Otro factor importante a tomar en consideración al detallar los niveles de abstención es la influencia que tiene la no participación en el proceso de algunos partidos políticos de gran relevancia en la oposición, como fue el caso de Voluntad Popular.

«La inexistencia de una coordinación estratégica también tiene impacto en el resultado. No solo porque no se pusieron de acuerdo en algunos estados sobre las candidaturas, sino porque el método de selección tampoco fue el apropiado. Desde el 2012 existe evidencia de que las primarias ayudan a legitimar a los candidatos y por ende participan con mucha más fuerza en las elecciones. Las primarias vuelven competitivo a un candidato opositor», precisó Magdaleno.

El especialista en análisis de datos indicó que otra variable en los resultados fue que la decisión de la oposición de participar estos comicios se tomó tardíamente y los espacios que se dejaron para acordar candidaturas en el país era muy escaso.

«Tampoco hubo una campaña paraguas en la que que se explicara al elector por qué después de cuatro años, en los que se dejó de participar en tres procesos electorales, ahora se decide participar nuevamente», agregó.

Para ayudar a movilizar a las personas, Magdaleno consideró que era necesario explicarle al pueblo que estas elecciones servirían como un puente para lograr hitos políticos más importantes en el futuro.

También manifestó que era una gran oportunidad para derrotar la tesis del fraude electoral. «El único fraude que se ha podido comprobar es el del estado Bolívar en 2017», puntualizó.

En este punto difiere el politólogo Pedro Urruchurtu. En su opinión, en la jornada del 21 de noviembre no se realizaron verdaderas elecciones ya que no se contaban con las condiciones para que fuese un proceso justo y transparente.

«No había voto. Sencillamente nada se elegía. Todo estaba muy condicionado a la voluntad del régimen, más una evidente falta de condiciones a todo nivel. Lo que ocurrió ayer fueron adjudicaciones. Una selección, no una elección. Eso tiene que quedar muy claro», dijo a El Nacional.

Aplaudió que una gran cantidad de personas decidiera no participar pese a las presiones y chantajes de parte de los sectores oficialistas. «Que la gran mayoría decidiese quedarse en su casa también es una manera de hablar, es un silencio ensordecedor. Allí también hay un mensaje para el liderazgo. Prácticamente la gente no ve en nada de lo que se ha planteado una solución, sino una farsa», manifestó.

Aseguró que al participar en las pasadas elecciones, la oposición está dando legitimidad a un gobierno que ya la había perdido.

Desafíos que enfrenta la oposición

En primer lugar, Sucre señaló para que la oposición pueda recuperar la confianza en el pueblo venezolano es necesario que los partidos políticos resuelvan sus propios conflictos internos.

Partiendo de este punto, el sector opositor debe construir una estrategia que ponga a los venezolanos en el centro como sujetos del cambio político, indicó Magdaleno.

«La principal fuente de poder potencial es la gente, su malestar, su rabia, su inconformidad, esta energía hay que canalizarla. Los números te están diciendo que con mayor coordinación se ha podido conquistar un resultado más satisfactorio. la oposición tiene que hacer un esfuerzo por orquestarse. Tiene que construirse una nueva plataforma con una oposición que aprenda de sus desaciertos y aciertos», añadió.

Urruchurtu también consideró que los responsables deben asumir sus errores y hacerse a un lado para dar paso a un nuevo liderazgo que parta del consenso que plantee una ruta diferente.

«Hay que ganar la confianza de la gente a partir de una ruta clara», precisó.

Magdaleno afirmó que la sociedad civil también tiene que comenzar a asumir una responsabilidad. «Se necesita un movimiento social poderoso de escala nacional, en el que se recluten no menos de un millón de activistas sociales. Se requiere una estructura con la que se pueda contar antes, durante y después de la elección», explicó.

«Tanto en la abstención como en las votaciones hay un mensaje para todo el mundo. El gobierno ganó, pero el chavismo envió su mensaje. Hay un mensaje central que es que no hay satisfacción con las cosas como están en el país», indicó Sucre.

EL NACIONAL

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