El primer ministro británico, Boris Johnson, admitió este miércoles que la variante ómicron sigue causando «problemas reales» en los hospitales del Reino Unido, pero no contempla de momento introducir nuevas restricciones en Inglaterra.
«Uno está viendo que los casos están aumentando en los hospitales» a causa de la propagación de ómicron, pero «obviamente es más leve que la variante delta y nos permite proceder de la forma en que lo hacemos», agregó el jefe de Gobierno.
Johnson ha descartado introducir esta semana nuevas medidas restrictivas en Inglaterra, donde es obligatorio llevar mascarilla en el transporte público y lugares cerrados, mientras que hay que presentar un certificado covid para entrar en grandes eventos.
A diferencia de las otras regiones británicas, que han establecido fuertes restricciones, como el cierre de discotecas, el primer ministro optó por no añadir más medidas, a pesar del aumento de los contagios.
La gran cantidad de gente que se ha vacunado con la dosis de refuerzo, agregó el «premier» conservador en una declaración a los medios, le permite a Inglaterra continuar con las celebraciones de Año Nuevo pero «de una manera cautelosa».
El primer ministro insistió en que no podía «hacer más hincapié» en la necesidad de que la gente reciba la dosis de refuerzo para disfrutar la entrada del nuevo año de manera «sensata y cautelosa».
«Lamento tener que decir esto pero la gran mayoría de las personas que actualmente terminan en la unidad de cuidados intensivos en nuestros hospitales corresponde a las que no han recibido el refuerzo«, añadió.
Según los últimos datos oficiales, el Reino Unido comunicó ayer 129.471 nuevos casos de coronavirus, un nuevo récord de la pandemia, mientras las hospitalizaciones en Inglaterra han avanzado un 38,3 % en siete días y se sitúan al nivel de principios de marzo.
EFE
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