Tanques del Ejército de Israel atacaron hoy infraestructura militar del movimiento islamista Hamás en Gaza desde la frontera, en represalia por un tiroteo ocurrido poco antes en el norte de la franja, en el que un ciudadano israelí resultó herido leve.
«En respuesta al civil israelí herido junto a la valla de seguridad en el norte de la Franja de Gaza, los tanques del Ejército atacaron varios puestos militares pertenecientes a la organización terrorista Hamas», informó un portavoz militar israelí.
Como resultado de esos ataques, tres palestinos de Gaza resultaron heridos, según el Ministerio de Sanidad de la franja, controlado por Hamás, que gobierna de facto el enclave desde 2007.
Según medios israelíes, el civil israelí fue herido leve en la pierna por los disparos de un francotirador desde dentro de Gaza y fue evacuado al hospital de Barzilai, en la ciudad de Ashkelón, para ser tratado.
El herido es un trabajador de una empresa civil contratada por el Ministerio de Defensa para el mantenimiento de la barrera de seguridad recién terminada que separa Israel y el enclave palestino.
Aunque no ha habido ninguna reivindicación, Israel responsabiliza a Hamás, al que considera grupo terrorista como EEUU y la UE, de todo lo que ocurre dentro del enclave costero, que sufrió el pasado mayo una nueva escalada bélica, la mayor desde 2014, en la que murieron más de 260 palestinos y 13 israelíes.
Este incidente se produce al día siguiente de que el presidente palestino, Mahmud Abás, se reuniera anoche por segunda vez con el ministro israelí de Defensa, Beny Gantz, con el que acordó más «medidas de confianza» y abordó la necesidad de crear un clima político en la región que conduzca a una resolución del conflicto.
Hazem Qassem, portavoz de Hamás acusó hoy al presidente Abás -que lidera la facción rival de Fatah- de «dar una puñalada por la espalda» al pueblo palestino y de «profundizar las divisiones políticas palestinas» por llegar a acuerdos con la «ocupación», como se refieren a Israel.
En los últimos meses Gaza vive un periodo de relativa calma, aunque Hamás acusó esta semana el primer ministro israelí, Naftali Benet, de obstaculizar un acuerdo de canje de prisioneros para apuntalar la tregua pactada en mayo que puso fin a esa nueva ofensiva.
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