Al menos 10 personas murieron en el nordeste de Kenia el lunes por la mañana, después de que su vehículo pasara sobre un dispositivo explosivo en una autopista, según un funcionario local.
La explosión ocurrió a las afueras de la localidad de Mandera, según el comandante regional del Nordeste George Seda. No estaba claro cuánta gente viajaba en el vehículo. La cifra de muertos podría subir porque había varios heridos graves, según testigos.
La policía sospechaba que extremistas de Al Shabab que operan en la zona podrían haber colocado el artefacto tras cruzar la frontera desde la vecina Somalia. A menudo se atribuyen a los extremistas los ataques similares en la región fronteriza, dirigidos contra civiles y fuerzas de seguridad.
Los agresores huyeron hacia la frontera, según un reporte policial de la explosión del lunes.
Varias embajadas extranjeras en Kenia -tras el aviso inicial de la francesa- advirtieron la semana pasada de un posible ataque terrorista en la capital keniana, Nairobi.
«Hay una persistencia de amenazas graves contra ciudadanos occidentales en Kenia. Existe un riesgo real de apuntar a lugares públicos frecuentados por extranjeros (restaurantes, hoteles, lugares de ocio, centros comerciales, etc.), particularmente en Nairobi», afirmó la embajada gala en un comunicado emitido el pasado jueves.
Desde octubre de 2011, cuando Kenia envió a su Ejército a Somalia como respuesta a una oleada de secuestros atribuidos a Al Shabab dentro su territorio, los radicales yihadistas han perpetrado numerosos ataques en suelo keniano.
El 15 de enero de 2019, el grupo golpeó la capital con un ataque contra el selecto hotel Dusit D2, perpetrado por un suicida y cuatro pistoleros que abrieron fuego a discreción asesinando a 21 personas.
Nairobi vivió otro ataque parecido en septiembre de 2013, cuando al menos cuatro terroristas de Al Shabab asaltaron el centro comercial Westgate, no lejos del Dusit D2.
En ese atentado murieron 67 personas durante los cuatro días que estuvieron atrincherados los terroristas dentro del edificio, asediados por las fuerzas de seguridad.
El ataque más grave de Al Shabab en suelo keniano tuvo lugar en abril de 2015, cuando 148 personas, la mayoría estudiantes, murieron en el asalto a la Universidad de Garissa (norte).
Recientemente, se han registrado diversos ataques perpetrados por presuntos miembros de Al Shabab en los condados del este y noreste de Kenia, fronterizos con Somalia, dejando alrededor de una decena de muertos.
Al Shabab, que se afilió a Al Qaeda en 2012, controla parte del territorio en el centro y el sur de Somalia y aspira a instaurar en el país un Estado islámico de corte wahabí (ultraconservador).
Somalia vive en un estado de conflicto y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país sin gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas y señores de la guerra.
Con información de EFE/AP
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