La palabra idiota proviene del griego ιδιωτης (idiotes) para referirse a aquel que no se ocupaba de los asuntos públicos ( la polis), sino sólo de sus intereses privados. La raíz «idio» significa «propio» y es la misma que en «idioma» o en «idiosincrasia». En latín, la palabra idiota (una persona normal y corriente) precedió al término del latín tardío que significa «persona sin educación» o «ignorante». Su significado y la forma moderna data de alrededor del año 1300, del francés antiguo idiote (sin educación o persona ignorante). En la baja Edad Media, el término idiota se utilizaba para designar a los monjes incapaces de leer las Sagradas Escrituras.
Los idiotas a lo griego también se comportan así en aspectos mucho más trascendentes de la vida. Se los reconoce porque consideran los bienes comunes como si no fueran con ellos, como si la Política, así con mayúscula, se tratara de un asunto exclusivo de unos pocos, la llamada casta o clase política, que gobierna el país sin tener en cuenta los intereses de los ciudadanos.
Los idiotas a lo griego no entienden de solidaridad, ni les preocupa la defensa de los derechos civiles, ni mucho menos la defensa de la patria y sólo se movilizan cuando sienten perjudicados sus intereses personales privados.
A los idiotas aUn lo griego solo les importa lo suyo, ese es el principal rasgo de su idiosincrasia, y no entienden otro idioma que el que ellos hablan.
Incluso hay idiotas al modo griego en la actividad política; también suele ser fácil reconocerlos: son aquellos que anteponen su intereses particulares por delante del servicio público, son los que han decidido vivir de la política, los que carecen de ideología y de principios.
Teniendo claro esto, Venezuela ha venido sufriendo de un proceso de iditotizacion desde hace más de 60 años, para ser precisos, desde el 23 de enero de 1958, con la caída de la república en mano de los socialistas-comunistas (AD, COPEI, URD). No es de extrañarnos que, 40 años después del inicio del proceso, los venezolanos, ya idiotizados, votaran por su verdugo, repitiendo el ciclo toxico de su pasado, sin importarles lo más mínimo la republica y la libertad, total “eso no es conmigo”.
Hoy, 24 años después de aquella fatídica decisión, la conducta idiota, no ha mejorado nada, poco son los que han dejado de lado esa idiotez y han pasado a ser ciudadanos (entiendo como ciudadano al que defiende y cuida la patria, la nación), entendiendo su rol fundamental en la construcción de una nueva republica y la lucha por la libertad. Por otra parte, un buen segmento de la población venezolana sigue siendo idiotas, en ambos sentidos de la palabra, aquellos que son ignorantes de todo lo relacionado a política y Venezuela y aquellos que, aun sabiendo, deciden no meterse en asuntos públicos, políticos, porque “eso no es su problema” y además el “no mando” a nadie a luchar por él.
El idiota no ha entendido que lo privado también es la república, la patria ¿en qué sentido? Pues cada tradición que tenemos con la familia, las calles donde fuimos felices y tenemos recuerdo, las personas, los aromas, los paisajes, todo ello constituye una vida privada de cada uno de nosotros, que nos define quienes somos, que dice y grita nuestra identidad. Del andino la pisca, el olor de frailejón, el pico El Toro nevado, los valses; del llanero su carne en vara, sus paisajes extensos de llanos, las tonadas, pasajes y el pajarillo, el coleo; del oriente sus playas, su ambiente familiar, su guacuco, chipicipi, el cuajao y el pargo frito, el galerón, el polo y la malagueña.
Así pudría continuar y hacer un libro de tantísimas cosas de la patria, pero que a la vez es tan privado, tan “de uno” que nos define, que nos moldea y crea vínculos. Ahora bien, ¿es o no un idiota aquel que no defiende y cuida su patria? ¿es idiota o no aquel que no conoce e identifica sus tradiciones, músicas, platos, paisajes y aromas? Entonces, ¿Por qué seguir siendo idiotas? No te hagas la vista gorda, si bien hoy no te afecta tanto lo que pasa, algún dia te afectara y ¿adivina qué? Ya no habrá nadie en ese entonces para que pueda defenderte.
Para ti idiota que extrañamente me estas leyendo y para ti ciudadano, te dejo un poema que me inspira mucho a seguir:
«Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio, ya que no era comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio, ya que no era socialdemócrata.
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté, ya que no era sindicalista.
Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté, ya que no era judío.
Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar».
Martin Niemöller
¿Y tú, eres idiota o ciudadano?
Por Aldo de Vivo
Politólogo, activista y miembro de Rumbo Libertad
Twitter: @AldoDeVivo
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