Rusia intensificó hoy su ofensiva en el Donbás, pero continuó los bombardeos en Chernígov y la región de Kiev, pese a haber anunciado un día antes «una reducción radical» de la actividad militar en el norte ucraniano.
El Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Ucrania afirmó hoy que las tropas rusas continúan retirándose de los territorios de las regiones de Kiev y Chernígov, pero consideró que Rusia solo «ha renunciado temporalmente al objetivo de bloquear» la capital ante «las importantes pérdidas» que ha sufrido.
Indicó que Rusia «está acumulando fuerzas en la zona de exclusión de la planta nuclear de Chernóbil».
El portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, Igor Konashénkov, precisó hoy que Moscú lleva a cabo una «reagrupación programada» de las tropas rusas en ambas regiones para poder centrarse en la «liberación del Donbás».
«Durante la primera etapa de la operación militar especial (…) se planeaba obligar al enemigo a concentrar sus fuerzas, recursos y equipos en la defensa de grandes ciudades», incluida la capital, para «maniatarlos en el campo de batalla» y «no permitirle usar esas fuerzas en el principal objetivo ruso, el Donbás», señaló.
ESCEPTICISMO EN UCRANIA Y EN OCCIDENTE
Su homólogo en Ucrania, Oleksandr Motuzyanyk, afirmó hoy a Efe que efectivamente se ha producido una «retirada parcial de unidades del enemigo» en los alrededores de Kiev, pero «no podemos hablar aún de un repliegue a gran escala», matizó.
El asesor de la Oficina del Presidente Oleksiy Arestóvych a su vez opinó que Rusia dejará parte de su contingente cerca de Kiev, para impedir que las fuerzas ucranianas puedan ser transferidas a otros frentes más complicados, como el este o el sur.
El Pentágono descartó que se trate de «una retirada real», mientras que el Ministerio de Defensa del Reino Unido consideró hoy que las tropas rusas han regresado a Bielorrusia y Rusia «para reorganizarse y reabastecerse».
Pese al anuncio ruso, las sirenas antiaéreas no han dejado de sonar durante casi toda la noche en Kiev y Chernígov, ciudad esta última que amenaza con convertirse en una segunda Mariúpol por la dureza del asedio sufrido.
SIRENAS Y MISILES EN EL NORTE
«Hubo bombardeos en Chernígov, en la región de Khmelnytsky, varios misiles fueron derribados sobre Kiev», aseguró hoy el asesor del Ministerio de Interior Vadym Denysenko, a las televisiones locales.
«El enemigo demostró una ‘disminución de la actividad’ en la región de Chernígov al atacar Nizhyn, incluso por aire, y pasó toda la noche golpeando Chernígov», señaló a su vez el jefe de la Administración Regional Militar, Vyacheslav Chaus, en Telegram.
«La infraestructura civil ha sido destruida nuevamente, las bibliotecas, los centros comerciales y otras instalaciones han sido destruidas, y muchas casas han sido destruidas», denunció.
En la región de Kiev por su parte cayeron más de 30 misiles y bombas sobre urbanizaciones e infraestructuras sociales.
«El invasor lanza insidiosamente ataques con misiles y bombas, tratando de destruir completamente la infraestructura y las áreas residenciales de nuestras ciudades y pueblos enteros», afirmó la Administración Regional Militar de Kiev en Telegram.
En la misma región, el alcalde de Irpín, liberada a principios de semana por las tropas ucranianas, Oleksandr Markushin, afirmó que «el 50 % de la ciudad ha sido destruida, unos 300 ciudadanos han fallecido durante la ofensiva rusa, y solo permanecen unos 3.500 ciudadanos en la urbe.
El FUEGO SE INTENSIFICA EN EL ESTE
Pese a los ataques en el norte, Ucrania ha constatado que Rusia «se reagrupa y se centra en operaciones ofensivas en el este y en incrementar la logística en las áreas de Donetsk y Tavriya», en la región de Jersón.
En la dirección de Donetsk, el Ejército ruso «intensificó el fuego y las operaciones de asalto, continúa lanzando ataques aéreos y con misiles contra localidades», escribió el mando militar.
Según el Estado Mayor General, los principales esfuerzos de Rusia se centran en «tomar el control de las ciudades de Popasna y Rubizhne», en la región de Lugansk, y de Mariúpol, en la de Donetsk.
Los separatistas prorrusos, aseguraron hoy que han liberado más de la mitad del territorio de la autoproclamada república de Donetsk, entre un 55 % y un 60 %, según dijo su líder, Denis Pushilin, en la cadena de televisión estatal rusa Rossiya 1.
Las Fuerzas Armadas ucranianas insisten en que la tarea que se ha fijado Rusia para llegar a las fronteras administrativas de las dos regiones separatistas, es decir las partes del territorio controladas por el Ejército ucraniano, «sigue sin cumplirse»
CIERTO OPTIMISMO DIPLOMÁTICO
Con todo, Arestóvych consideró que la fase activa de las hostilidades aún «durará una semana, quizás más», tras las negociaciones del martes en Estambul entre Rusia y Ucrania, según la agencia UNIAN.
El miembro del equipo negociador ucraniano Mykhailo Podoliak afirmó por su parte que «en unos días» las dos partes pueden proceder a concretar el tratado de garantías de seguridad que exige Kiev a cambio de renunciar a la OTAN y declarar su estatus no nuclear.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, señaló no obstante que «nos espera un trabajo bastante largo» aún.
El tema más problemático es el futuro del Donbás y de la Crimea anexionada.
Kiev propone a Moscú un plazo de 15 años para negociar el estatus de Crimea, en tanto que la cuestión del Donbás se queda para los dos presidentes, Vladímir Putin y Volodímir Zelenski.
El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, consideró hoy un «avance positivo» las negociaciones en cuanto al estatus neutral aceptado por Ucrania y «la comprensión por parte de Ucrania de que las cuestiones de Crimea y Donbás están totalmente zanjadas».
Zelenski, sin embargo, dejó claro que «no puede haber ni habrá ningún compromiso sobre la soberanía e integridad territorial».
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