La entrada de la jueza negra Ketanji Brown Jackson a la Corte Suprema es un éxito innegable para Joe Biden, en un momento en el que el presidente estadounidense necesita urgentemente un impulso político, a pocos meses de las elecciones de medio mandato.
El demócrata de 79 años, que quiere rentabilizar políticamente al máximo este histórico nombramiento, se desvivió este viernes para homenajear a la brillante magistrada de 51 años en los jardines de la Casa Blanca.
Con gafas de sol y una gran sonrisa, Joe Biden llegó acompañado de Ketanji Brown Jackson y la vicepresidenta Kamala Harris, la primera mujer y afroestadounidense en este cargo. Fueron recibidos con una gran ovación del público, compuesto por funcionarios y activistas de los derechos civiles.
«Recordaremos este momento como un verdadero cambio en la historia estadounidense», dijo.
El demócrata también aprovechó para recordar que había designado a muchas mujeres afroestadounidenses o pertenecientes a minorías en puestos clave en el sistema judicial estadounidense.
Antes de esta ceremonia, Biden ya recibió a la magistrada en la Casa Blanca cuando anunció que la había elegido como candidata al puesto, el 25 de febrero. Y el jueves, el presidente y Ketanji Brown Jackson vieron juntos la transmisión por televisión del voto del Senado que confirmaba su nombramiento.
«Esperanza»
Con la proximidad de las elecciones de medio mandato en noviembre, tradicionalmente difíciles para el partido gobernante, Joe Biden necesita un balón de oxígeno.
Estados Unidos disfruta de un repunte económico fulgurante y un mercado laboral floreciente, pero los estadounidenses solo ven que los precios se han disparado en las gasolineras y los supermercados, debido a una inflación galopante.
Aunque su popularidad entre la opinión pública mejoró tras la invasión de Ucrania, al ponerse a la cabeza de la respuesta occidental, la gloria le duró poco, en un país donde las divisiones entre partidos están al rojo vivo desde el mandato del republicano Donald Trump.
Estas divisiones se cristalizaron en las audiencias de Ketanji Brown Jackson.
Joe Biden ha acusado a los senadores republicanos de haber sometido a su candidata a «insultos verbales» y a «afirmaciones despreciables y sin fundamento».
Aunque tres republicanos votaron a favor de Ketanji Brown Jackson, no es comparable con unión entre los dos partidos en torno a Stephen Breyer, a quien ella sustituirá en la Corte Suprema. El juez saliente fue confirmado por 87 votos contra 9 por el Senado en 1994. Ella por 53 votos contra 47.
Volver a movilizar
Con este nombramiento Joe Biden espera volver a movilizar a un electorado crucial para él y para los demócratas en general: los afroestadounidenses.
Numerosos activistas criticaron al presidente por haber abandonado las promesas que les había hecho, en cuanto a la lucha contra la violencia policial o la defensa del acceso al voto.
Pero el viernes, en los jardines de la Casa Blanca, Ketanji Brown Jackson sin duda apaciguó muchos resentimientos y, francamente, le robó el protagonismo a Joe Biden, con un discurso que fue a la vez conmovedor y serio.
«Pasaron 232 años… antes de que se eligiera a una mujer negra para servir en la Corte Suprema de Estados Unidos, ¡pero lo hemos conseguido!», dijo. «En mi familia, solo se tardó una generación en pasar de la segregación a la Corte Suprema», recordó.
Ante un público visiblemente emocionado rindió homenaje a los activistas de derechos civiles y sus luchas, con estas líneas de la gran poetisa y activista Maya Angelou: «Trayendo los regalos legados por mis antepasados, soy el sueño y la esperanza del esclavo».
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