Siete de cada diez hectáreas de Ucrania son parcelas agrarias, plantadas sobre todo con maíz, cereales y girasoles que sirven de alimento al mundo. Con el país en guerra y dificultades de exportación, la crisis ucraniana amenaza con llevar el hambre afuera de sus fronteras, según explica a EFE Pierre Vauthier, responsable de la FAO en Ucrania.
En una entrevista concedida a EFE en Leópolis, Vauthier explica que la situación está en constante cambio y que hay enormes diferencias entre las distintas partes del país.
En el territorio más alejado del frente y más cercano a Polonia apenas ha habido diferencia con respecto al año anterior, pero en el sur y en el este los problemas son acuciantes: hay quien ni siquiera puede recolectar porque su cosecha quedó bajo los bombardeos o quien no lo hace porque igualmente no podrá dar salida a la producción.
En el conjunto del país, según dice Pierre Vauthier, “al menos el 20 por ciento de las producciones plantadas no podrán ser recolectadas”.
“En Lugansk y Donetsk la situación es muy oscura porque la gente no puede trabajar la tierra. En otras zonas como Odesa, los agricultores tienen que almacenar la producción y están tratando de buscar alternativas. Si la situación de la guerra no mejora, las consecuencias serán muy dañinas para todo el mundo”, explica a EFE Pierre Vauthier.
SUBIDAS DE PRECIOS
Este representante de la FAO sobre el terreno recuerda que hay muchos países dependientes de Ucrania, no solo en Europa sino sobre todo en África y también en Asia, por la falta de cereales. Por eso la FAO pide que se mantenga el mercado abierto.
La organización internacional trabaja para incentivar otras zonas de producción en el mundo, pero ese objetivo es a largo plazo y no se logra en dos días.
“Hay otros países incrementando la producción propia pero las adaptaciones cuestan tiempo. El precio de los productos se va a incrementar”, señala Pierre Vauthier.
PUERTOS BLOQUEADOS Y DIFICULTADES DE SACAR LA MERCANCÍA POR TIERRA
La exportación preocupa, y mucho, a la FAO, cuyo representante en Ucrania clama: “Pedimos que se mantenga el mercado abierto, no bloquearlo, porque hacerlo tendrá consecuencias drásticas”.
Interstarch LLC es una empresa dedicada al procesamiento de maíz y trigo ubicada en Nipro, una ciudad al sur del país cercana a la zona disputada por Rusia.
Antes de la guerra, Interstarch, como otras empresas similares, exportaba sus productos desde los puertos marítimos ucranianos, bien conectados para su salida hacia África. Ahora el viaje es terrestre y los camiones con las mercancías tienen que cruzar de punta a punta el país más grande de Europa.
«No veo buenas perspectivas. Rusia quiere cortar el acceso de Ucrania a sus puertos marítimos. Si tenemos que llevar las mercancías primero por tierra vía Polonia o Bulgaria, se pierden volúmenes y crecen los gastos”, explica a EFE Tetiana Zykova, representante de ventas de la empresa.
Los costes de transporte han aumentado y aseguran en la empresa de procesado de alimentos que los transportistas polacos están encareciendo los precios.
“Hay dificultades, un montón de mercadería bloqueada y el resultado es que ya están sufriendo los productores europeos que tenían los contratos firmados”, explica por su parte la encargada de ventas.
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