OCDE: la guerra en Ucrania reducirá el crecimiento mundial en 2022
La invasión en Ucrania hizo retroceder las perspectivas de crecimiento económico mundial para 2022, pero las economías están a tiempo de evitar una crisis alimentaria y el fenómeno de la estanflación al estilo de los años 70, aseguró la OCDE.
El mayor impacto de la guerra en Ucrania irá a cuentas de Europa, pero se ampliará al mundo.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, actualizó su previsión de crecimiento global y lo ubicó en 3 %, cuando a comienzos de abril lo estimaba en el 4,5 %.
La OCDE se mostró agresiva con Rusia y abogó por el embargo a su petróleo, al tiempo que señala como principal necesidad global impedir una crisis alimentaria que podría afectar a países pobres, mientras alerta sobre los riesgos de caer en el fenómeno de estanflación, al estilo de los años 70.
Para los expertos que elaboraron el informe, más allá de Ucrania y Rusia, la región más afectada será Europa por su dependencia de ambos países, y sobre todo por las importaciones energéticas rusas.
La situación podría agravarse aún más
En diciembre, la OCDE había augurado un incremento del producto interior bruto, PIB, para la Eurozona del 4,3 % en 2022, que ahora se quedará en un 2,6 %, retrasando la ansiada recuperación post pandemia.
Para Rusia, el organismo prevé en una profunda recesión con -10 % de su PIB, que debería continuar en 2023 con -4,1 %.
Para Laurence Boone, economista jefe de la OCDE, la situación podría ir todavía peor porque el conflicto está alterando la distribución de alimentos básicos y de energía, y porque las maniobras de los europeos para prescindir del petróleo ruso pueden conllevar una escalada mayor de precios o incluso falta de combustible.
El organismo resaltó la subida de precios, que se espera alcance un máximo del 8,5% este año en los países de la OCDE, esto antes de caer al 6,0% en 2023. La OCDE tenía previsto que la inflación alcanzara un máximo del 5% antes de retroceder gradualmente hasta el 3% en 2023.
La OCDE ve un riesgo limitado de estanflación como el que se produjo a mediados de la década de 1970, cuando la crisis del precio del petróleo desencadenó una inflación galopante y un aumento del desempleo.
Por otro lado, señalan que la política china de “cero Covid-19”, con confinamientos estrictos para decenas de millones de personas en ese país durante los últimos meses, pone presión en las perspectivas mundiales porque disminuye el incremento de la demanda interna y afecta las cadenas globales de suministros.