Mientras el avión de Boeing modelo 747-300M con matrícula YV3531 que la venezolana Emtrasur le adquirió a la iraní Mahan-Air continua en el Aeropuerto de Ezeiza, sus 19 tripulantes iraníes y venezolanos están todavía retenidos mientras se investiga el extraño vuelo, una nueva aeronave con una historia similar se encuentra en vuelo hacia Buenos Aires.
Se trata de un Airbus A340-642 con matrícula YV3535, que también fue vendido por la iraní Mahan-Air a la venezolana Conviasa, la matriz de la que depende Emtrasur. El avión realizó hace apenas dos días su vuelo inaugural hacia la Isla Margarita con 70 pasajeros, entre ellos “23 turoperadores e influencers provenientes de la República Islámica de Irán”, según reportó la autoridad de aeropuertos venezolana. En la terminal Santiago Mariño de la isla caribeña, los iraníes fueron recibidos con todas la pompa por las autoridades bolivarianas.
Este miércoles, la aerolínea estatal Conviasa -sancionada desde hace dos años por el gobierno de Estados Unidos- puso a volar el flamante Airbus llegado desde Irán para el vuelo V09502 con destino a Ezeiza y escala técnica en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
El vuelo arribará en la tarde de este miércoles a Buenos Aires y partirá esta misma noche, a las 21.50, de regreso a Caracas.
Luego de que el ministro de Seguridad Aníbal Fernández descartara que el piloto tuviese alguna relación con la Guardia Revoloucionaria Iraní -”es un homónimo”, aseguró-, la Justicia argentina podría devolverle los pasaportes a los iraníes y venezolanos y, en tal caso, podrían abordar el avión de Conviasa esta misma noche.
El avión del escándalo
El viernes pasado, el Gobierno argentino inmovilizó en Ezeiza un avión de carga con bandera venezolana que había pertenecido la empresa aérea iraní Mahan-Air. La aeronave en cuestión se trata de un Boeing modelo 747-300M con matrícula YV3531, propiedad de la empresa Transportes Cargo del Sur (Emtrasur), una filial de la compañía Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos (Conviasa). Llegó al país procedente de México el 6 de junio pasado, en una primera instancia intentó aterrizar en Ezeiza, pero debido a la niebla que hubo aquellos días, tuvo que ir al Aeropuerto de Córdoba y por la tarde sí se dirigió a la terminal internacional.
Según se conoció, el avión traía autopartes para la fabricación de asientos y panel de instrumentos para el modelo Taos, que la empresa automotriz Volkswagen produce en la Argentina, en su planta de General Pacheco, y que adquiere a través de la autopartista SAS.
El avión quedó bajo la lupa de la justicia argentina luego de que se activaron las alertas internacionales ya que en su tripulación había 14 venezolanos y cinco iraníes. Irán es uno de los principales aliados comerciales de Venezuela. De hecho, Maduro visitó la semana pasada Teherán para firmar convenios de cooperación bilateral por 20 años enfocados en la industria petrolera. En esa visita, el mandatario venezolano elogió la intervención que hizo el presidente argentino Alberto Fernández en la Cumbre de las Américas en Los Ángeles. “Ha hecho un discurso firme, claro, valiente y puso todo en su lugar” – señaló Maduro – y “le puso la guinda a la torta”.
Los destinos más frecuentes de este Boeing 747-300 adaptado para carga son Serbia e Irán. Aunque todavía es un misterio por qué si el avión utiliza bandera venezolana su tripulación está integrada habitualmente por iraníes en distintos viajes por América Latina, como ocurrió con Argentina y el mes pasado ya había sucedido en Paraguay.
Los vuelos del avión venezolano a Irán se repitieron todos los meses, desde febrero hasta mayo, cuando se concretaron tres tramos, según la información contenida en la base de datos Flight Radar. Algunos de esos vuelos se realizaron directamente desde Caracas y, en otras ocasiones, la aeronave de carga ya estaba en otros destinos más cercanos a Teherán.