El Ministerio de Asuntos Exteriores de Arabia Saudita se congratuló el viernes de la reciente decisión del Tribunal Especial para Líbano de La Haya, respaldado por la ONU, de condenar a cadena perpetua a dos miembros de la organización terrorista Hezbolá por su participación en el asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri en 2005.
El Ministerio de Asuntos Exteriores hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que “asuma sus responsabilidades con respecto a Líbano”, subrayando que este país está “sufriendo las absurdas prácticas terroristas de la milicia respaldada por Irán”.
El ministerio también pidió que se apliquen las resoluciones internacionales sobre Líbano y que se localice y detenga a los autores del asesinato, afirmando que “han contribuido deliberadamente a la pérdida de vidas inocentes, provocando un caos sin precedentes en este país hermano”.
Los dos miembros de Hezbolá condenados están huidos y fueron juzgados y condenados en rebeldía.
Hariri fue primer ministro de Líbano en cinco ocasiones tras la guerra civil de 1975-90. Él y otras 21 personas murieron en un enorme camión bomba el 14 de febrero de 2005. Su hijo, Saad Hariri, ha sido primer ministro libanés en dos ocasiones.
En 2020, una sala de primera instancia condenó a un antiguo miembro del grupo terrorista chiíta Hezbolá, Salim Jamil Ayyash, por el atentado en el que murieron el veterano político musulmán suní Hariri y otras 21 personas. Ayyash también fue condenado a cadena perpetua en el juicio, en el que la acusación se basó casi exclusivamente en los registros de los teléfonos móviles.
Tensiones entre Arabia Saudita y Hezbolá
En noviembre estalló una crisis diplomática entre Líbano y los países del Golfo después de que Arabia Saudita expresara su indignación por los comentarios del entonces ministro de Información libanés, George Kordahi, en los que apoyaba a los rebeldes hutíes de Yemen, respaldados por Irán, y criticaba la intervención militar liderada por Arabia Saudita, calificando la guerra en el país de “inútil”.
Arabia Saudita y los EAU, junto con otros Estados del Golfo, retiraron a sus enviados diplomáticos y expulsaron a los enviados libaneses en respuesta a los comentarios. Arabia Saudita también designó al organismo de caridad financiera Al-Qard Al-Hasan, vinculado a Hezbolá, como entidad terrorista, diciendo que “trabaja en la gestión de fondos para la organización terrorista (Hezbolá) y su financiación”.
Los enviados diplomáticos han regresado desde entonces a Líbano.
Arabia Saudita también ha afirmado que Hezbolá ha enviado instructores para entrenar a los hutíes respaldados por Irán en Yemen, publicando vídeos en los que se ven partes de drones con símbolos de Hezbolá y una persona identificada como “un líder del terrorista Hezbolá libanés” instruyendo a Abu Ali Al-Hakim (el jefe de inteligencia de los hutíes).
Turki Al-Maliki, el portavoz de la coalición saudí que lucha en Yemen, calificó a Hezbolá de “cáncer”, diciendo que empezó haciendo daño a los libaneses y ahora ha atacado a civiles en Arabia Saudita y Yemen y “propaga la destrucción en la región y en todo el mundo”.