El siguiente artículo tiene como finalidad dar una explicación a lo que sucede políticamente en la región, una explicación que haga entender de una vez por todas el inminente desfiladero al que siempre caemos. Hispanoamérica tiene problemas graves y ninguno es político como tal, sino psicológico, filosófico, antropológico casi.
En Cuba apoyaron a un abogado que llevaba la lucha armada y asesinó a miles de cubanos, en Venezuela eligieron a un golpista que mató a más de 100 personas en su intento de golpe de Estado, en Perú eligieron a un analfabeta vinculado directamente con el terrorismo y mafias, pero por otro lado, en Colombia eligen a un guerrillero terrorista y la otra mitad piden que vuelva a gritos unos dictadores, en definitiva, estamos sumergidos en un bucle sin aparente fin, nuestros escudos deberían llevar un uróboro.
¿Por qué? Los principales problemas estructurales de hispanoamérica son la inmadurez, el resentimiento, la apatía, complejo de inferioridad, la envidia, el sentimentalismo, el colectivismo, el misticismo, el parroquialismo y la negación de la identidad. Todo ello fue resumido en un término por el ilustre venezolano Carlos Rangel y era el tercermundismo, el cual tiene una homónima obra.
Ahora bien, ¿De dónde nace esos sentimientos? ¿Son naturales o fueron creados? Para sorpresa de muchos, les diré que nuestra situación actual es producto de una contradicción en nuestro andar, estamos en constante conflicto con nuestra identidad y esto viene dado a qué nuestro actuar no responde a nuestro pensar y es que, ese pensar mis queridos lectores, es un pensar creado intencionalmente por gente malévola.
Voy a nombrar dos de los principales referentes de los cuales estás personas han sacado estás ideas infundadas y creado el ideario tercermundista. El primero es «Ariel» de José Henrique Rodó y «Las venas abiertas de América Latina» de Eduardo Galeano. Ambos libros crearon un canon de pensamiento que trataban falazmente de fundamentar los graves traumas que querían sembrar en la población.
El primero, Ariel, vino a infundar el sentimentalismo, la irracionalidad e hipocresía, el arielismo se ve en la frase de «los latinos somos los mejores» o «Latinoamérica es mágica».
Ambas frases son netamente sentimentalistas, ambas no responden a la realidad, no hay un solo país de Latinoamérica que sea potencia y desarrollado, de hecho, somos la región más desigual del mundo. Nuestra naturaleza rica y bella nada guarda relación con algún mérito que tengamos, al contrario, han destruido la naturaleza de la cual tanto se jactan.
En concreto: «Se caracterizaba por oponer al utilitarismo anglosajón los valores de la cultura greco-latina heredados del Imperio Español en Hispanoamérica. Expresaba una visión idealista de la cultura hispanoamericana como modelo de nobleza y elevación espiritual en contraposición a la cultura de los Estados Unidos como ejemplo de sensualismo y grosería materialista.» Definición de arielismo Archivado el 4 de marzo de 2016 en Wayback Machine. Diccionario Babylon. Consultado el 20 de junio de 2022.
Pero no solo bastaba con hacernos creer que éramos moralmente superiores y guardabamos la mística que atraía a todos, cuando en realidad éramos indios y esclavos con trajes y tacones, sino que hacía falta justificar también la obvia realidad de pobreza y miseria de nuestros países. Claramente no sería asumir nuestros errores y aprender de ellos, la salida fue la fácil y cobarde, ser la víctima y echarle la culpa a otros.
El sustento del victimismo hispanoamericano se encuentra en las páginas de «Las Venas abiertas de América Latina» de Eduardo Galeano, quien 40 años después se arrepintió de escribirlo en la segunda Bienal del libro en Brasilia en abril del 2014 y cito «No sería capaz de leerlo de nuevo. Caería desmayado”.
En este libro se muestra una sociedad indígena virgen, pacíficos, felices, armónicos, fraternos, donde no había odios ni guerra, dónde todo era paz, hasta que llegaron los malvados y demoníacos conquistadores, quienes con sus vicios, malas costumbres, egoísmos y codicia dañaron nuestro hermoso Edén. Pero hay un vengador, hay un mesías que resurgirá del pueblo para hacer justicia y quitarle a esos blancos egoístas nuestro oro y
plata que quitaron y saquearon. De ahí nacieron figuras como el ché, Fidel, Chávez, Ortega, y otros.
Nada más lejos de la realidad que esa, las civilizaciones prehispánicas eran guerreristas, sumamente violentas y además atrasadas, los incas no conocieron la rueda, por ejemplo. Los caribe de Venezuela eran sumamente violentos y así otras tantas. Luego hablan del saqueo, cuando realmente se invirtió todo el dinero en las colonias, a los indígenas se les dió posición de casta y tenían derechos y privilegios. Luego el tema de la raza, una pugna eterna entre blancos, indios, negros, trigueño, cuando realmente somos una mezcla de todos, somos una policromía cultural y aceptarlo es parte de la superación de esos traumas
y complejos.
Carlos Rangel ya había escrito y desarrollado mucho más este tema en su libro «Del buen salvaje al buen revolucionario», explica que pasamos del buen salvaje, ese indio inocente todo paz, al buen revolucionario, ese hombre de consciencia colectiva que vendría a hacer justicia para volver a nuestro paraíso. Pero a diferencia de Rangel, yo si pretendo dar una solución al conflicto, y la solución del conflicto es educando, enseñando a pensar libre, a cuestionar todo. Usando la razón y la lógica, podremos avanzar mucho en la superación de esos traumas y complejos que nos han vuelto una región atrasada, entendiendo que es la libertad, la responsabilidad, la propiedad, el individuo y el libre mercado, lo que nos dará ese sueño que tenemos de ser los mejores manteniendo nuestra cultura.
Educate en la libertad porque la ignorancia se paga caro.
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