Cada vez son más los venezolanos que deciden adentrarse en la selva del Darién en su trayecto para llegar a Estados Unidos desde Venezuela por vías irregulares. Este peligroso tramo se ha cobrado la vida de 11 venezolanos en lo que va del año 2022, pero los que sobreviven aún deben recorrer otros cinco países antes de alcanzar su destino.
Ligia Bolívar, investigadora sobre migración del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), sostuvo que los Gobiernos de Panamá y Colombia deben garantizar seguridad y protección a los migrantes que buscan trasladarse entre ambos países. «Se debe considerar que es una ruta de tránsito para personas que están en riesgo si son devueltas a su país de origen. Debe aplicarse el principio de no devolución«, dijo a El Pitazo.
Los Gobiernos de Colombia y Panamá acordaron reunirse a objeto de establecer una ruta segura para los migrantes. «Hay varias interrogantes, porque existía una restricción para personas suramericanas, por lo que no se les permitía tomar embarcaciones (…) Hay que ver si se va a permitir el paso de población venezolana y si les exigirá estatus regular en Colombia, pasaporte vigente o algún otro documento», explicó Bolívar.
Los peligros de la selva del Darién no son los únicos retos que deben enfrentar los venezolanos que buscan llegar a Estados Unidos por vías irregulares. Durante el trayecto, que puede llevar hasta dos meses, pueden ser víctimas de detenciones, deportaciones, asaltos, violencia, trata de personas e incluso la muerte.
Atravesar cinco países
Quienes logran pasar de Colombia a Panamá por la selva del Darién deben continuar su viaje por Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y México antes de llegar a Estados Unidos. Todos estos países exigen visa a los venezolanos, por lo que los migrantes se ven obligados a trasladarse por vías irregulares y a contratar la guía de los denominados coyotes.
El venezolano Gabriel -nombre para resguardar su identidad-, de 35 años, contó en entrevista con El Pitazo que tras salir de la selva del Darién con su esposa y dos hijos se trasladaron hasta Estados Unidos por tierra abordando autobuses, lanchas e incluso caballos para cruzar las fronteras de los seis países del recorrido.
«Pasamos de Panamá a Costa Rica, luego a Nicaragua, saltamos a Honduras, a Guatemala y desde allí a México. Fue bastante fuerte. Te bajas de un autobús, te montas en otro, luego te tocaba montarte en una curiara, una lancha. Todos los transportes habidos y por haber los tienes que utilizar. Yo me llegué a montar en un caballo para poder pasar la frontera entre Costa Rica y Nicaragua, contó el venezolano.
Una vez que los venezolanos llegan al territorio mexicano, su objetivo es trasladarse a los estados fronterizos para cruzar de forma irregular hacia Estados Unidos. Ante la ola migratoria, México se unió a la lista de países que exigen visa a los venezolanos; sin embargo, la Comisión Mexicana de Ayuda a los Refugiados (Comar) ha otorgado visas humanitarias a los migrantes para que puedan movilizarse dentro del país.
Frontera de México y EE. UU.
Para poder cruzar de México a Estados Unidos, los migrantes primero se trasladan en autobús hasta los estados fronterizos. Algunos lo hacen con la guía de coyotes que contactaron previamente a su llegada pagando cifras que van desde 1.500 hasta 6.000 dólares.
Aquellos migrantes que deciden arriesgarse a atravesar el desierto se trasladan al estado mexicano de Sonora, donde se ubica uno de los puntos más recurrentes en la ciudad Heroica Nogales, que limita hacia el norte con la ciudad de Nogales, Arizona.
Los migrantes que buscan cruzar por el río Bravo se trasladan al estado mexicano de Tamaulipas, donde suelen acudir a los puntos de cruce irregular en Matamoros y Reynosa para llegar a alguno de los lugares ubicados en el estado de Texas, Estados Unidos.
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Quienes buscan llegar a Estados Unidos, no solo se arriesgan a ser víctimas de trata de personas, abusos sexuales y violencia; también corren el riesgo de que las autoridades norteamericanas les apliquen el Título 42, una medida para regresar a los migrantes que ingresaron al país por vías irregulares, sin darles la posibilidad de solicitar asilo.
Centros de detención
Quienes logran llegar a suelo estadounidense son llevados a centros de detención de migrantes, donde pueden informar a un funcionario del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) que desea solicitar asilo. Al hacer esto, se dará inicio a un proceso para verificar si el miedo de retornar a su país de origen es verídico.
Lesbia Moreno, abogada experta en temas migratorios, explicó a El Pitazo que los migrantes permanecen detenidos mientras esperan la entrevista de miedo creíble y sus resultados. El período de espera habitual para recibir la entrevista es de 14 días; sin embargo, debido a la cantidad de solicitudes, el tiempo podría ser de más de un mes.
EL PITAZO
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