El Consejo Electoral Nacional (CEN) de Cuba difundió este martes los resultados definitivos del reciente referendo sobre el Código de las Familias, sin apenas cambios con respecto a los preliminares que dieron una clara victoria al «sí».
Concluye así el largo proceso de esta reforma legal -un texto que incluye el matrimonio igualitario, la adopción por parte de parejas homosexuales y la gestación subrogada- y que antes del referendo del 25 de septiembre fue sometido durante tres meses a consulta pública. La semana pasada, tras la difusión de los datos preliminares, fue ratificada como ley.
La presidenta del CEN, Alina Balseiro, comunicó las cifras en una conferencia de prensa en la que subrayó la «total transparencia» del proceso y el «total apego a la verdad» del organismo.
Recordó que el CEN es «un órgano electoral» y «no político» de carácter «independiente» que «organiza, supervisa y controla» el proceso electoral.
Sobre su decisión de compartir en su perfil de Twitter un mensaje del presidente del país, Miguel Díaz-Canel, en el que se pedía el voto por el «sí», Balseiro consideró que no afectó a la credibilidad del CEN.
«Yo más que el sí, yo estoy promoviendo la divulgación del proceso que estábamos desarrollando. Y lo hicimos con toda convicción y lo vamos a seguir haciendo. Eso no implica que nosotros no cumplamos con el trabajo el deber y con nuestra independencia», aseguró.
En los resultados definitivos cae levemente el «sí», del 66,87 al 66,85 % con respecto a los preliminares, y el «no» sube mínimamente, del 33,13 al 33,15 %. Por su parte, la abstención sube del 25,01 % al 25,88 %.
El censo, que es «dinámico» explicó Balserio, se actualizó -incluyendo nuevos votantes y fallecimientos recientes-, con lo que pasó de las 8.447.467 a las 8.457.978 personas.
Balseiro no quiso interpretar estos resultados en términos políticos al ser interrogada al respecto. Se trata del referendo con mayor abstención y mayor porcentaje de votos en contra de los que se han realizado en Cuba desde el triunfo de la revolución en 1959.
El Código de las Familias, que sustituye al de 1975, prohíbe el matrimonio infantil, contempla la violencia machista (aunque el nuevo Código Penal no la incorpora) y sustituye el concepto de patria potestad por el de responsabilidad parental.
El Gobierno y el Estado cubano se volcaron en la campaña por el «sí» en medios oficiales y redes sociales. Algunos activistas e instituciones promovieron el «no», aunque sin una campaña articulada, tanto por convicciones como por rechazo al Gobierno.
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