Centenares de bolsonaristas, entre ellos al menos unos 300 abordo de camiones, se concentraron ayer miércoles frente al cuartel general del Ejército, en Brasilia, para pedir una intervención militar contra la victoria electoral del líder progresista Luiz Inácio Lula da Silva.
Los manifestantes llevaban banderas de Brasil y carteles en los que se exige una «intervención federal» de los militares para impedir la investidura de Lula, quien el pasado 30 de octubre derrotó en las urnas al presidente Jair Bolsonaro por una mínima diferencia de 1,8 puntos porcentuales.
La fila de camiones, que no llevaban caja, se extendía por varios kilómetros desde las puertas del cuartel general del Ejército, ubicado a unos 7 kilómetros de la plaza de los Tres Poderes, donde se sitúan las sedes del Gobierno, del Congreso Nacional y de la Corte Suprema.
Centenares de personas a pie se unieron a la concentración de vehículos, que se desarrollaba en forma pacífica y bajo la vigilancia de un gran número de soldados.
Este miércoles, las Fuerzas Armadas tienen previsto entregar a la justicia electoral un informe que realizaron sobre las elecciones presidenciales y legislativas de octubre, cuyo contenido no ha sido divulgado.
A instancias de Bolsonaro, los militares participaron por primera vez como observadores de las elecciones y del sistema de votación, que fue blanco de una campaña de desprestigio por parte del líder de la derecha en los meses previos a las elecciones, a pesar de que las urnas nunca han sido objeto de denuncias de fraude.
Los camioneros realizaron centenares de bloqueos de carreteras en todo el país durante los tres días posteriores a las elecciones, pero levantaron esas protestas después de que el propio Bolsonaro solicitó a sus seguidores que no coartasen la libre circulación de los ciudadanos.
El pasado 2 de diciembre, un día festivo, miles de personas se manifestaron ante los cuarteles militares en las principales capitales brasileñas para pedir un golpe de Estado contra el resultado de las urnas.
Si bien la intensidad de las protestas cayó significativamente desde entonces, algunos pequeños grupos aún insisten en manifestarse frente a los cuarteles.
Al margen de estos movimientos, el Gobierno de Bolsonaro ya trabaja en la transición con un equipo designado por Lula, quien asumirá el poder el próximo 1 de enero.
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