A punto de concluir la contienda electoral por el equilibrio en los Estados Unidos para que el país recupere su rumbo, el objetivo no fue logrado, ha sido una noche agridulce para el partido republicano.
Un choque contra una pared de realidad
Muchos piensan que el 8 de noviembre fue un referéndum para calificar a los demócratas y no, no fue así, fue un referéndum para medir quiénes son los políticos fuertes en el partido republicano, era la hora de medir quien debe quedar fuera y quien debe seguir para lograr el objetivo de vencer la cultura woke y al socialismo dentro del país.
La ola roja o the red wave no llegó a excepción de Florida, donde el resultado de Ron DeSantis fue abrumador. Pero la situación no puede ser del todo prometedora ya que vemos a John Fetterman, quien ha sido un desastre desde el inicio de su campaña, y aun así gana al candidato republicano Mehmet Oz, quien además contaba con el apoyo de Donald Trump.
Los republicanos no tuvieron el desempeño esperado y deben rodar cabezas, es necesario.
Biden el candidato para 2024
Así lo aseguró el actual Presidente, y pareciera que la única manera de que esto no pase es que sea incapacitado, algo que está cerca pero que ocultan con todo el poder que tienen.
Esperanza
Hay mucha esperanza para la coalición republicana gracias al apoyo de los votantes hispanos y negros. Pero se sigue resaltando que la calidad de sus candidatos era pobre y su liderazgo estaba ausente o era contraproducente. La calidad es un factor clave.
Los errores de Trump
Donald Trump fue un líder importante para los republicanos, desde sus elecciones hasta el final de su mandato. Pero Trump escogió malos candidatos, casi no gastó dinero en esos que escogió a dedo y luego ha criticado a los republicanos que perdieron o los que no se arrodillaron lo suficiente. Incluso ha tenido ya inicios de una especie de conflicto con Ron DeSantis. El fenómeno Trump, no proporcionó liderazgo alguno y esto tendrá un impacto en 2024.
Ron DeSantis provocó un terremoto ante la estructura de liderazgo de Trump.
El actual Gobernador de Florida arrasó con casi 20 puntos de diferencia sobre su contrincante Charlie Crist en la elección del pasado 8 de noviembre, ganando hasta en los condados demócratas por historia, Miami Dade entre ellos. Lo que permite que hoy pueda mirar a Trump a los ojos para enfrentarlo en las primarias del partido conservador.
DeSantis gusta hasta a los demócratas, se ha convertido en el político más popular de los Estados Unidos. Esto no gusta a Donald Trump, pero la realidad es que aún muchos de los que votaron en contra del expresidente, mantienen su disimulado apoyo al partido demócrata pese a la decepción que les ha dado esta administración. Manteniendo así el factor del voto castigo.
El voto castigo no perjudica a los políticos, perjudica a las naciones a las que llega este fenómeno. Pero eso es un factor que nace a raíz de la ignorancia y no se cura fácilmente. Esto se entendió con los resultados del 8-11, ya muchos empiezan a verlo.
DeSantis se convierte en una opción real, no solo por agradar al elector, sino por ser un gobernador determinante que ha luchado contra la ideología woke, ha protegido los intereses de los ciudadanos de Florida, y por eso el estado del sol se ha convertido en el mejor estado para vivir en los Estados Unidos.
DeSantis además tiene una carrera política, generando resultados positivos, esto juega totalmente en contra de Donald Trump, quien era un outsider. Esto sin quitar todo lo bueno que tuvo su gobierno, desde lo económico, pasando por los acuerdos de paz, la custodia a la frontera la rudeza contra y la guerra contra el narcotráfico y terrorismo.
La opción del gobernador de Florida incomoda a Trump, tanto así que ya lo ataca por redes con publicaciones como esta:
Trump se equivoca de nuevo con este tipo de acciones. División es lo que menos se necesita.
Biden cerró su discurso hoy dejando claro su objetivo:
“Tenemos que demostrar que (Trump) no tomará el poder si se postula. Asegurándonos de que, bajo los esfuerzos legítimos de la Constitución, no vuelva a ser el próximo presidente”.
Esto da a entender que la guerra es contra Donald Trump, y que quizás no se puede sacrificar el rumbo de este país por mantener un candidato si otra opción como DeSantis es tangible.
Los demócratas no cambiarán su rumbo, su objetivo es la agenda 2030 e implementar el socialismo en Estados Unidos.
No queda mucho tiempo y los cambios en el partido republicano deben llegar ya, si en realidad quieren retomar el rumbo de este país.