Una oposición no cohabita, lo único que cohabita es una Quinta Columna.
Recientemente en Twitter, Rafael Poleo nos iluminaba con su camaleónica forma de mimetizarse con el poder de turno, un tremendo talento que no sorprende porque así lo ha hecho con cada gobierno existente desde que tenemos memoria, así como tantos mutantes políticos de ese universo que llaman “oposición”.
Lo que intriga es la manera descarada y confiada en que nos restriega que verdaderamente no existe absolutamente nadie en los fulanos liderazgos opositores que use las herramientas para salir de esta situación tan negra por los medios que sean posibles; y es que vivimos desde hace más de dos décadas bajo el ala de una cantidad de criminales de distintos colores que cada día se atornillan en lo más profundo de la sociedad sin ninguna posibilidad de sacarlos, una suerte de Cosa Nostra que sobrevive por la cohabitación y colaboración interna de partidos llenos de moho que dañan cualquier esfuerzo que exista de oposición seria en el país: Eso amigos y amigas suele ser una Quinta Columna.
Aunque parezca extraño, banalizar al enemigo, subestimarlo y ridiculizarlo dentro de tus propias filas no siempre suele ser lo más brillante, incluso, una parte importante de las veces forma parte de la estrategia promovida por enemigos internos para ralentizar el paso, haciendo parecer cualquier acción radical como algo innecesario, ridículo y peligroso, así funciona una Quinta Columna. En el caso de Venezuela estas actitudes son tan extendidas que no se logra determinar dónde empieza y dónde termina la infiltración, porque si de antecedentes se trata, el 99% de los autoproclamados líderes no aguantan la menor fiscalización de archivo.
Ahora, entrando al término de Quinta Columna, este viene de la Guerra Civil Española y se refiere a grupos que mantienen ciertas lealtades al bando enemigo, no necesariamente espías o infiltrados, también una lealtad tácita por motivos ideológicos, religiosos, etc, propensos a colaborar de distintas formas con el otro bando sin necesariamente pertenecer formalmente a él, eso que la oposición califica como:
“Mejor uno de izquierda que no me guste, que darle paso a la derecha”, lo demás ya lo conocemos ampliamente en el comportamiento de los partidos políticos venezolanos tradicionales. Salvando las distancias con Venezuela, uno de los episodios más infames de cohabitación de la historia moderna lo vivió Francia en el conocido Régimen de Vichy, cuando el Mariscal Pétain se arrodilló a las fuerzas de ocupación alemanas ralentizando el esfuerzo para expulsar a los nazis de Francia. Un gobierno, que como algunos personajes que ya conocemos, aplicó la de: “Tranquilos, que esto lo resolvemos nosotros, no necesitamos nadie que nos venga a quitar el protagonismo”.
La Quinta Columna continúa haciendo estragos en lo profundo de la psique del venezolano, uno que se encuentra vencido por desgaste ante muchos años de manipulación por parte de la fe que ofrece “un futuro mejor” que nunca llega, ese presunto futuro ofrecido por una oposición cuyo mejor plan es que no hay ningún plan.
Para salir del gobierno primero tenemos que salir de la oposición o viviremos atrapados en el espiral de la Quinta Columna.
Escritor invitado
Periodista, investigador y divulgador histórico, maestrando en historia UNLP, director de la Fundación Venezuela Inmortal.
Busco en el pasado respuestas a nuestra tragedia
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