Al menos 7 ciudades de Irán fueron atacadas en su madrugada del 29 de enero, con objetivos puntuales en sus fábricas de armamentos y drones además de cuarteles militares, instalaciones petroleras y depósitos de municiones.
Medios locales y usuarios de redes sociales han reportado explosiones en ciudades como Khoy, Azarshar, Rasht, Karaj, Teherán, Hamedán e Isfahán.
Entre la propia oficialidad iraní y los medios de dicho país, hay especulaciones y múltiples versiones de quien/quienes puede(n) ser responsables de los ataques: desde Arabia Saudita, Israel, Azebaiján, o hasta Ucrania por el apoyo de Irán a Rusia (entre ello, con suministro de drones) en la guerra iniciada por Putin el 25 de febrero de 2022.
Imagen del tweet aquí
https://twitter.com/ESSA_A1I/status/1619562865714921473?t=i7SUdWoqDOSdd1f-MeF6hg&s=19
Sin embargo, la precisión de los ataques sin bajas civiles ha hecho, lógicamente, voltear la mirada de muchos hacia Israel que sí tiene la capacidad para ataques de alta precisión.
Los centros nucleares y de defensa iraníes se ven cada vez más rodeados por propiedades comerciales y barrios residenciales, conforme las ciudades se expanden.
Algunos lugares siguen siendo muy opacos sobre lo que producen y sólo muestran un cartel del Ministerio de Defensa o un logo de la Guardia Revolucionaria, un cuerpo paramilitar del régimen teocrático iraní.
Por otra parte, la televisión estatal iraní informó de un incendio ocurrido en una refinería en una zona industrial próxima a la ciudad noroccidental de Tabriz. Se desconocían las causas del incendio, dijo la televisora, que mostró imágenes de bomberos que combatían el fuego.
Irán e Israel libran desde hace mucho tiempo una guerra encubierta que ha incluido ataques encubiertos contra instalaciones militares y nucleares iraníes.
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