Un reporte reciente reveló que el Gobierno utiliza un programa de inteligencia para rastrear en secreto a las personas que no se han colocado ninguna vacuna contra el covid-19 o que sólo recibieron una dosis parcial.
Según informó The Epoch Times, el Dr. Rober Malone descubrió que el Gobierno está utilizando un programa que fue diseñado por el Centro Nacional de Estadísticas de Salud de Estados Unidos (NCHS), una división de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
El programa empezó a implementarse el 1 de abril del año pasado, pero no fue hasta enero de este año que la mayoría de las clínicas y hospitales empezaron a adoptarlo. Los expertos sanitarios, tanto de clínicas como hospitales, recibieron órdenes de preguntar a sus pacientes sobre el estado de vacunación y colocarlo en sus registros médicos electrónicos en forma de un código de diagnóstico que permite que sean rastreados tanto dentro como fuera del sistema médico, sin conocimiento del paciente.
Este tipo de códigos, mejor conocidos como ICD-10, formarían parte del plan de la Administración de implementar pasaportes de vacunas e identificaciones digitales, que más adelante podrían ser utilizados por empresas de seguros, transportes públicos y hasta aerolíneas.
“El estado administrativo está ocupado construyendo un sistema de pasaporte de vacunas que estará activo antes de que la mayoría de los estadounidenses se den cuenta de lo que se les está haciendo. Nadie va a llamar a tu puerta preguntando por tu estado vacunal porque ya lo saben”, indicó Malone resaltando además que es posible que no se llegue a necesitar la aprobación ni del Congreso ni de los tribunales porque la información ya fue obtenida con anterioridad por los proveedores de atención médica.
“Solo necesitan modificar una definición aquí y allá, o hacer que el presidente Biden mantenga la emergencia de salud pública de COVID-19 indefinidamente y los pasaportes de vacunas serán un hecho consumado”, dijo.
Voz Media
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