Albergues en la frontera norte de México han incrementado su capacidad y se preparan para una mayor presencia de migrantes ante el temor de un aumento de las restricciones migratorias de Estados Unidos.
Ejemplo de ello es el refugio «El Buen Samaritano» de Ciudad Juárez, que adecuó su estructura para ampliar su capacidad de recepción de indocumentados, ya que en un principio atendía a 80 y con estas modificaciones ahora espera hasta 200.
Las organizaciones en Ciudad Juárez, donde estiman que hay cerca de 10.000 indocumentados, están preocupadas por nuevas políticas migratorias de Estados Unidos con base a dos noticias reportadas por medios estadounidenses en la última semana.
La primera, según el Washington Post, es una presunta negociación entre México y Estados Unidos para deportar de inmediato a territorio mexicano a migrantes, aunque no sean mexicanos, cuando expire el Título 42, la regla impuesta por Donald Trump (2017-2021) para expulsar indocumentados en la pandemia.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) ha negado que esto sea verdad.
Pero esta semana el DHS anunció una regla que prohibiría a algunos migrantes solicitar asilo en Estados Unidos si cruzan de forma irregular la frontera de México.
«Es importante que el proceso de recepción en Estados Unidos de las personas migrantes sea más rápido, sea más ágil el periodo donde analizan el estatus migratorio. Hacen falta más albergues para poder recibir a los migrantes, no es suficiente la demanda para la capacidad de estos», advirtió a EFE Juan Fierro, director de «El Buen Samaritano».
Una tradición de acogida
La remodelación del área, nombrada “María Dolores Aguilera de Fierro” en honor a la fundadora del albergue, comprende dos áreas nuevas de sanitarios y un segundo nivel completamente equipado para alojamiento.
Este espacio acoge a personas en movilidad desde 2017, primordialmente a familias completas que buscan una estancia segura.
Además de hospedaje, en este lugar dan alimentación, actividades recreativas y consejería de forma gratuita.
Al acto protocolario de inauguración acudió James Yong, jefe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en Ciudad Juárez.
“El año pasado 130.000 migrantes solicitaron asilo en México. Se pueden cambiar vidas de las personas que han huido de sus países mientras puedan llegar a este tipo de espacios donde podrán recibir protección», declaró en entrevista.
Mientras que Enrique Valenzuela, coordinador general del Consejo Estatal de Población (Coespo), pidió a los migrantes informarse antes de realizar la travesía y evitar engaños de los traficantes.
«Es importante que no se dejen engañar aquellos extranjeros que intentan cruzar a Estados Unidos, decirles que sigue vigente el Título 42, hay personas sin escrúpulos que mienten. (Que) si desean entrar hacia Estados Unidos, lo hagan de la forma correcta, cumpliendo los requisitos de las autoridades estadounidenses», expresó a EFE.
Crisis en aumento
Las nuevas restricciones se sumarían a las anunciadas el mes pasado, cuando Washington anunció la acogida mensual de 30.000 migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela con un plan especial, pero la deportación inmediata del resto que llegue por tierra bajo la expansión del Título 42.
Además, el presidente estadounidense Joe Biden reveló en la Cumbre de Norteamérica que el Gobierno de México accedió a aceptar a los migrantes que no cumplan con las vías legales.
Las autoridades de México y Estados Unidos deportaron a más de 196.300 ciudadanos centroamericanos en 2022, entre ellos más de 35.000 niños y adolescentes, según un informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
La región vive un flujo migratorio récord, con 2,76 millones de personas indocumentadas detenidas en la frontera de EE.UU. con México en el año fiscal 2022.
EFE
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