Permítanme tomar la licencia de hablar en sentido personal y como propio este tema, mi hermano Rubén Jaime Febres fue uno de los enlistados para venir a luchar, 30 años viviendo en este hermoso país, formé una familia en este hermoso país, tengo tres hijas argentinas y para mí esta tierra es también mi suelo patrio.
El escritor Bulgaro Tzvetan Todorov comentó “los retos de la memoria son demasiados grandes para confiarla al entusiasmo o a la cólera”, la cuestión de las Malvinas fue y es aún un acontecimiento traumático, podemos llegar a ser defensores del entusiasmo o de las cólera, por eso siempre es vigorizante aportes como el del (ex)Congresista peruano Víctor Andrés García Belaunde, nos da la oportunidad de evadir, de caer, en esas sombras y laberintos oscuros que a veces tiene la memoria, y acercarnos a la reflexión.
Malvinas es como un tren que lleva una carga de emociones que cruza todos los estamentos sociales no solo de esta nación, en este proceso de reflexión cierto es que en estos años en términos reales se ha logrado muy poco y me animaría a decir que no se avanzado en lo fundamental “la recuperación de la soberanía de las Malvinas”, si esto fuera parte del juego de la oca, creo que se ha retrocedido algunos casilleros.
Hoy en la segunda década del siglo XXI las relaciones humanas son tan importantes como las relaciones de mercado y las relaciones entre países son relaciones entre seres humanos, entre quienes habitan determinados territorios. Una comprensión profunda de los fenómenos internacionales no puede dejar de lado la consideración del fin último de toda nación, que es asegurar que quienes habitamos este planeta lo hagamos en paz y armonía y en común prosecución de nuestro bienestar.
La relación entre la Argentina y Perú es una relación singular. Y lo es por múltiples razones, siendo la principal el afecto y respeto que nos tenemos peruanos y argentinos. Nuestra amistad es una de las constantes de la historia entre nuestros pueblos y deber ser sobre esta base la cual se debe construir vínculos más diversos.
Aristóteles decía que “La historia cuenta lo que sucedió; la poesía lo que debía suceder.” En este caso la historia nos brinda continuas pruebas de esta amistad, aún falta la pluma de los poetas para describir esta confraternidad de pueblos hermanos, se inicia con la gesta independentista cuando la Revolución de Mayo con peruanos que tuvieron un lugar importante en la lucha por una Argentina libre personajes como el Mariscal Toribio de Luzuriaga, el General Ignacio Álvarez Thomas, así como el abogado José Darregueyra, la historia nos indica que se acentuaron los lazos por movimientos libertarios en el Virreinato del Perú, continúa con la proclamación de la Independencia por el ilustre prócer don José de San Martín y alcanza momentos decisivos cuando muchos argentinos como Thomas Guido, Bernardo de Monteagudo, José Antonio Álvarez de Arenales entre otros, nos ayudan a consolidarla. Más adelante, en momentos muy difíciles para el Perú, a fines del siglo XIX, Roque Sáenz Peña pone en juego su vida al lado de sus hermanos peruanos, en la guerra del guano y del salitre.
También podemos recordar al peruano Juan de Dios Rivera, autor del sello y escudo argentinos. No podemos olvidar al mariscal Ramón Castilla, quien socorrió con una pensión al libertador San Martín en su exilio europeo.
Ya en el siglo XX Perú se puso de pie para apoyar a la Argentina en la guerra de las Malvinas. Estos breves ejemplos son suficientemente significativos para demostrar la profundidad de la amistad entre los hombres de la Argentina y del Perú, que resulta en esta relación tan singular.
Un poco de historia de cómo fue el apoyo del Perú a Argentina en la Guerra de las Malvinas En 1982, el Perú entregó de manera oculta a la Argentina 10 aviones de guerra Mirage. También se les envió misiles tierra-tierra y tierra-aire. Además, Perú firmó órdenes de compras en blanco y certificados de destino final para que Argentina adquiriera armamento a Israel a nombre del Perú.
El 1 de mayo de 1982, casi un mes después de que Argentina invadiera las islas Malvinas para reclamar su soberanía, el Reino Unido aceptó casi bajo protesta un acuerdo de paz gestionado por el entonces presidente peruano Fernando Belaunde Terry para evitar una guerra abierta.
Ese mismo día, el presidente peruano llamó al dictador Leopoldo Galtieri, para exponerle el plan y arrancarle su firma. Galtieri le contesta “Yo también tengo mi ‘Senado’ [en referencia a la junta militar] y debo consultar el acuerdo” fue la respuesta que recibió del dictador. Esa reacción lapidó cualquier posibilidad de sellar la paz. “La respuesta de Galtieri fue fatal… Si aceptaba en ese momento la propuesta de Belaunde, hoy probablemente Argentina estaría en posesión de las Malvinas”, recuerda el congresista Víctor Andrés García Belaunde, que en 1982 era secretario de la Presidencia peruana.
La mediación de Belaunde Terry se inicia el 20 de abril de 1982, luego de que fracasara una gestión similar encabezada por Estados Unidos.
El congresista peruano, sobrino del presidente peruano, García Belaunde cuenta que a finales de ese mes el ex presidente peruano consensuó un documento que, entre otros puntos, ordena el retiro de las tropas británicas y argentinas de la isla. Además, se establecía que las Malvinas sean ocupadas por soldados de cuatro países: dos escogidos por Buenos Aires y los otros dos por Londres. Estas tropas iban a permanecer en el lugar hasta que se desarrollen las conversaciones para hallar una solución definitiva al diferendo. También se contemplaba tener en cuenta los deseos de los habitantes de las islas.
Todo ello se frustra con la negativa de Galtieri, pues al día siguiente de esta el Reino Unido torpedea el crucero argentino General Belgrano y se desata la guerra. “El día del hundimiento del Belgrano, Belaunde llamó a Galtieri, quien le confirmó que el crucero estaba al garete y que ya no había margen para más conversaciones”, explica García Belaunde.
Ese mismo 2 de mayo, Galtieri le pide a Belaunde que reciba a su secretario, el general Héctor Iglesias, al contralmirante Roberto Nolla y al embajador argentino en el Perú, Luis Sánchez Moreno. Estos se presentaron ante Belaunde al día siguiente. Llegaban para pedir armamento. Víctor Andrés García Belaunde, comenta “Se les dio lo que se podía. Pidieron aviones Mirage, Sukhói, submarinos, buques, misiles, entre otras armas”
No se les envió los Sukhói, pues el Perú era el único que los tenía en la región, por lo que iba a quedar en evidencia que estaba ayudando a Argentina. En cambio, al día siguiente de la visita de los emisarios se enviaron diez aviones Mirage, a los que se les borró las banderas peruanas para reemplazarlas por las argentinas.
Estos partieron de Chiclayo rumbo a la base militar de La Joya, en Arequipa. Luego siguieron hacia la provincia argentina de Jujuy y de ahí a Tandil. El uso de esta ruta evitó que fueran detectados por los radares chilenos.
Las embarcaciones que pedía Argentina no fueron entregadas, pues estas necesariamente pasarían por Chile y serían detectadas por los radares de ese país.
“También se les envió misiles tierra-tierra y tierra-aire. Además de tanques de combustible para los Mirage, para que estos tengan una mayor autonomía de vuelo en sus incursiones a las Malvinas”.
La cooperación bélica entre el Perú y Argentina tiene una arista poco conocida. El periodista argentino Hernán Dobry, autor del libro “Los rabinos de Malvinas”, descubrió que Perù firmó también órdenes de compras en blanco y certificados de destino final para que Argentina comprara armamentos a Israel a nombre del Perú. Argentina compró armas a Israel a nombre del Perú, aunque desconozco en detalle qué se adquirió”.
El escritor y periodista argentino nos dice que “El Perú hizo algo que si buceamos en la historia de los conflictos bélicos en el mundo no encontraremos similitudes… Los argentinos ni les informaban a los peruanos lo que compraban”.
Las órdenes de compra y los certificados están en manos de Israel y son documentos secretos, Dobry estableció que algunas veces las compras realizadas por los argentinos eran recogidas por aviones de la Fuerza Aérea del Perú. No iba a ir un avión de Aerolíneas Argentinas ni de la Fuerza Aérea Argentina porque hubiera quedado en evidencia la triangulación. Lo que quería Israel, y lo había pedido específicamente, es que se triangulara a nombre de otro país para no sufrir la presión política del Reino Unido”.
Además de los diez aviones Mirage 3E que le envió el Perú a Argentina, gracias a las órdenes de compra en blanco este país también compró a Israel 23 aviones Mirage 3C. Estas naves fueron pintadas con insignias peruanas para que no se piense que iban para Argentina. Los barcos argentinos que los llevaron a su país también fueron pintados con banderas peruanas.
“Eran aviones de la década de los 70, que habían peleado en la Guerra de los Seis Días, eran viejísimos. Israel no los quería vender, pero Argentina insistió bastante, aunque al final nunca los usó en la guerra”.
¿Qué recibió el Perú a cambio de su ayuda? García Belaunde sostiene que solo un pago simbólico por los Mirage, porque la ayuda fue desinteresada. Y recordó que en 1833, cuando el Reino Unido invadió las Malvinas, Argentina recurrió a nuestro país para buscar sus títulos de posesión sobre las islas, que estaban en Lima porque ese país en algún momento formó parte del Virreinato del Perú.
Des pues de a guerra y los años siguientes se ha comprobado la frase de Pascal, “NO pudiendo hacer lo que es justo sea fuerte, se ha hecho que lo fuerte sea justo”, y esto a pesar de que Argentina y Gran Bretaña han firmado alrededor de n10 acuerdos o declaraciones conjuntas luego del fin de la guerra, y aun mas, existe una gran cantidad de resoluciones desde 1960, Gran Bretaña trata con desde, displicencia y sin interés los pedidos propuestas y reclamos argentinos (haciendo que lo fuerte sea justo, y no lo justo sea fuerte), ellos actúan en forma unilateral, aferrándose a la política y filosofía de No hacer nada, del todo pasa, ellos siguen aplicando la misma política de los años 20 y 30 del siglo pasado, y de esa manera consolidan el status quo y en eso se es un responsable (la Argentina) políticamente hablando en vista de los resultados.
Una reflexión hecha por el ex embajador Archibaldo Lanús, decía “Que nos debe motivar cambiar los paradigmas de acción desde la política, y la diplomacia, es que a pesar de los valores que prevalecen en la comunidad internacional en lo que hace a derechos humanos y el descredito de las colonias en la opinión pública mundial, el caso de las Malvinas ha perdido visibilidad”.
Creo sinceramente que se debe hacer hincapié en el logro obtenido en 1965 en las naciones Unidas al lograr incorporar el tema Malvinas en el comité de descolonización como un tema colonial, y esto es muy importante, ya que cambió la naturaleza del asunto, porque ya no es una disputa territorial, ni de límites y fronteras sino una cuestión colonial, también debe forzar retomar lo resuelto en nueva York el 26 y 27 de febrero de 1982 donde a nivel ministerial se reconoció la disputa de la soberanía, esto fue 30 dias antes de la guerra.
Sería bueno conciliar la alternancia política con la continuidad de la gestión en el tema de las Malvinas, en muchas ocasiones la inteligencia es relegada por el poder, hay que juntar la inteligencia, recalentar el sentimiento de agradecimiento a los héroes, no solo los muertos sino los vivos.
Sábato decía que “esa no fue la lucha de un imperio contra la dictadura, sino contra un pueblo entero”, no podemos hablar de soberanía sin olvidar la historia y olvidamos la historia sino protegemos a nuestros héroes, podemos hacer muchas cosas, pero lo que no podemos hacer es olvidar.
Esta y otras noticias en nuestro canal de Telegram TFPOficial; siguenos tambien por Instagram thefreedompost_