Las autoridades de Nueva York dijeron este miércoles que se están volcando, sin ayuda del Gobierno federal, en facilitar el proceso de solicitud de asilo para los migrantes, que llegan a un ritmo de 2.000 a la semana y en los que la ciudad está invirtiendo millones de dólares para cubrir sus necesidades básicas.
Varios responsables de la Alcaldía indicaron hoy que pronto abrirá el recién anunciado Centro de Ayuda para la Solicitud de Asilo para proveer servicios legales gratuitos a esos recién llegados, la mayoría latinoamericanos y que en muchos casos no hablan inglés, con el objetivo de acelerar su obtención de un permiso de trabajo.
La responsable de Salud y Servicios Sociales local, Anne Williams-Ison, reveló que la semana pasada llegaron más de 2.200 migrantes al sistema público de alojamientos, que abarca 174 espacios -muchos de emergencia, en hoteles o gimnasios escolares-, y aseguró que están llegando unos 2.000 por semana en un ritmo «consistente».
La ciudad tiene unas 98.400 personas actualmente en ese sistema, incluidos los sintecho locales más 48.700 migrantes que suelen ser descritos como solicitantes de asilo, si bien son pocos los que han iniciado efectivamente el proceso administrativo de obtener ese estatus por su alto costo en el sector privado y porque la alternativa pública es lenta y muy limitada, algo que el nuevo centro busca paliar.
El responsable de Inmigración, Manuel Castro, dijo que desde el comienzo de este año la ciudad ha ayudado en ese proceso de solicitud de asilo a unos 5.000 migrantes, una cifra muy baja que las autoridades «quieren incrementar en las próximas semanas y meses» para aliviar la presión sobre el sistema.
Castro criticó que el Gobierno federal «no provee servicios legales gratuitos» para los solicitantes de asilo y «esencialmente se les abandona para que naveguen un sistema migratorio increíblemente complejo y que muchos calificarían de roto».
Los más de 78.000 solicitantes de asilo que han llegado a la ciudad de Nueva York desde el pasado agosto han tenido que buscar «su propia representación legal, un servicio que puede costar decenas de miles de dólares en el sector privado», lo que lleva a muchos a apoyarse en ONG, programas públicos o hacerlo ellos solos, dijo.
Nueva York ha invertido unos 60 millones de dólares en proveer gratuitamente esa asistencia, «dando un paso para apoyar a los solicitantes de asilo con sus necesidades legales porque el Gobierno federal no lo hace, por lo que vamos a liderar y dar ejemplo, pero esto no es sostenible», apostilló.
La crisis migratoria comenzó en el verano del año pasado, con los envíos de autobuses desde estados del sur de EE.UU. gobernados por políticos republicanos, en especial Texas, pero se ha agravado recientemente con el fin de la política fronteriza del Título 42, que les bloqueaba el paso por cuestiones sanitarias.
Desde el inicio de la crisis, la ciudad calcula que ha acogido a unos 78.700 solicitantes de asilo.
EFE
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