Las lluvias torrenciales que asolan Pekín desde el pasado jueves han causado al menos 11 muertos y 27 desaparecidos, según el último balance oficial difundido hoy por las autoridades locales.
Entre los fallecidos hay dos trabajadores de los servicios de emergencia que perdieron la vida mientras realizaban labores de rescate, informó el diario local Beijing Daily.
Las precipitaciones, las más intensas registradas en la capital china en los últimos años, han afectado a más de 44.000 personas y han obligado a evacuar a unas 127.000, según el rotativo.
Entre los 27 desaparecidos hay cuatro miembros de un equipo de salvamento que cayeron al agua en una zona rural.
La media de lluvia acumulada en la ciudad desde el pasado jueves hasta las 06:00 hora local del martes (22:00 GMT del lunes) fue de 257,9 milímetros, aunque en algunos distritos del oeste y el sur superó los 400 milímetros.
El distrito capitalino de Mentougou, con unas precipitaciones medias de 320 milímetros que provocaron el desbordamiento del río que atraviesa la zona, tuvo que evacuar a 5.000 de sus habitantes e informó de dos personas fallecidas por las inundaciones este lunes por la tarde.
Las autoridades han activado la alerta roja por inundaciones en la mayor parte del territorio municipal y han advertido del riesgo de deslizamientos de tierra, corrimientos de lodo y otros desastres geológicos provocados por las lluvias.
El Gobierno local expresó sus condolencias a las familias de las víctimas y ha pedido a los ciudadanos que estén atentos a la información meteorológica y que tomen medidas de prevención.
Las ciudades septentrionales de Zhangjiakou, Chengde, Tangshan, Baoding y Xiong’an, cercanas a Pekín, también se han visto afectadas por las intensas precipitaciones y obligadas a evacuar a miles de residentes.
Los efectos del tifón Doksuri, que azotó el sur y el centro de China la semana pasada, han provocado que Pekín y el norte de China sufran estos días las lluvias más intensas en más de una década, informó el rotativo local Global Times.
Doksuri tocó tierra el pasado viernes por la mañana en la costa de la ciudad de Jinjiang, en la provincia suroriental de Fujian, con una velocidad máxima del viento de 155 kilómetros por hora para debilitarse gradualmente a lo largo del fin de semana y a medida que se desplazaba hacia el norte.
Mientras tanto, un nuevo tifón, el Khanun, siguiendo una trayectoria similar a la efectuada por el Doksuri, se acerca a Filipinas, país en el que Doksuri dejó al menos 25 víctimas.
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