El fuego sigue avanzando en Portugal, donde el área que ha ardido este mes de agosto ya supone más de la mitad del total del año, con la preocupación centrada en un incendio que desde el sábado ha calcinado más de 7.000 hectáreas en Odemira (sur).
El país vive la peor ola de incendios de este verano y, aunque algunos de los fuegos más preocupantes de los últimos días ya han sido controlados, las llamas continúan activas en Odemira -a unos 230 kilómetros al sur de Lisboa-, donde no dan tregua desde el sábado.
Es el fuego que suscita «mayor preocupación», confirmó al inicio de la tarde en rueda de prensa el comandante de Protección Civil André Fernandes, que avanzó que ya ha consumido más de 7.000 hectáreas, sobre todo pino y poblaciones mixtas como eucalipto, alcornoque, madroño y matorral.
El terreno está complicando las labores de extinción del fuego, con dos frentes activos, y las autoridades trabajan para evitar que se propague hacia la Sierra de Monchique.
«Las próximas 24 horas son fundamentales», insistió Fernandes, a pesar de que las previsiones meteorológicas no auguran condiciones favorables para los efectivos de combate.
Se espera una humedad inferior al 50 % y temperaturas por encima de los 30 grados.
Casi 1.500 personas fueron evacuadas de forma preventiva, de unas 20 aldeas y un camping, aunque gran parte ya ha empezado a volver a sus hogares.
En Odemira hay desplegados casi 1.000 bomberos, apoyados por más de 300 vehículos terrestres y once medios aéreos.
Más de 25.000 hectáreas calcinadas este 2023
Las 7.000 hectáreas arrasadas en Odemira son solo una parte de las 25.279 que han ardido en lo que va de año, según los datos divulgados hoy por el Instituto de Conservación de la Naturaleza y los Bosques (ICNF por sus siglas en portugués).
Más del 50 % de ese total ardieron en agosto, mes durante el que se han registrado varios incendios de gravedad.
En Castelo Branco y Proença-a-Nova (centro) ardieron más de 7.000 hectáreas durante el fin de semana, debido a un fuego que llegó a algunas casas y provocó 14 heridos leves.
Tras ser dominado, los vecinos y las autoridades calculan ahora las pérdidas causadas por el incendio, que se cifrarán en varios millones de euros.
En Leiria -a unos 130 kilómetros al norte de Lisboa-, dos incendios calcinaron el lunes más de 400 hectáreas en solo un día.
Los bomberos se mantienen en el terreno para apagar las reactivaciones que se puedan producir, aunque califican la situación como tranquila.
El Gobierno descarta la alerta
El Gobierno portugués descartó por el momento declarar la situación de alerta en el país debido a los incendios, una medida que mantiene activos los equipos de prevención, combate y socorro para que sean rápidamente movilizados en caso de necesidad.
Aunque la situación de alerta «está siempre encima de la mesa», estas medidas «son instrumentos excepcionales que no pueden ser banalizados», dijo este martes la secretaria de Estado de Protección Civil, Patrícia Gaspar, en una entrevista con la cadena CNN Portugal.
Cerca de 120 municipios del interior en las regiones Norte, Centro y Algarve están este martes en peligro máximo de incendio, según el Instituto Portugués del Mar y de la Atmósfera (IPMA).
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