Miembros del Partido Comunista de México (PCM) irrumpieron este miércoles en la embajada de Venezuela en ese país en rechazo a la intervención del régimen de Nicolás Maduro en contra de los comunistas de Venezuela.
«Las medidas reaccionarias y anticomunistas del Gobierno de Maduro son una agresión a los comunistas y trabajadores del mundo», explicó el PCM a través de sus cuentas en redes sociales.
«La embajada queda clausurada por anticomunista», declaró el dirigente comunista mexicano Ángel Chávez, rodeado de un contingente de militantes que enarbolaban pancartas y carteles de solidaridad con sus pares venezolanos..
El pasado viernes 11 de agosto, el Tribunal Supremo de Justicia emitió una una arbitraria sentencia para imponer de una directiva compuesta por operadores políticos del Partido Socialista Unido de Venezuela.
“Cuando en los años 20 los comunistas mexicanos fuimos ilegalizados, los partidos comunistas clausuraron las embajadas de México, hoy somos consecuentes con ese gesto del internacionalismo proletario. Las embajadas del anticomunismo deben ser rechazadas por los trabajadores”, declararon los voceros del PCM.
En las últimas horas, numerosas organizaciones de América Latina se han pronunciado contra el robo de la personalidad jurídica del PCV. En Quito, el Partido Comunista de Ecuador realizó pintas en las calles con la frase “Al PCV no lo destruye nadie” y “fuera los usurpadores”.
En Asunción, los comunistas paraguayos levantaron carteles con la consigna “Yo defiendo al PCV” durante una jornada de movilización popular celebrada el martes 15 de agosto protagonizada por organizaciones sociales, políticas, campesinas, sindicatos y organismos de DDHH.
En Colombia, la secretaria general del Partido Comunista Colombiano, Claudia Flórez rechazó la intervención judicial y advirtió “estaremos vigilantes a la situación”.
Por su parte, el secretario general del Partido Comunista de Uruguay, Juan Castillo, demandó respetó para el PCV y al referirse a la trayectoria del Gallo Rojo afirmó que “no hay medida alguna que pueda borrarla o hacerla desconocer”.
El Partido Comunista Brasileiro calificó la decisión del TSJ como un “ataque violento del gobierno de Nicolás Maduro contra el histórico, heroico y combativo Partido Comunista de Venezuela”.
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