En un contundente comunicado, la Pontificia Academia para la Vida del Vaticano ha emitido una respuesta firme a la reciente decisión del Senado francés de incluir el aborto en la Constitución. Esta histórica medida, que ha convertido a Francia en el primer país en adoptar tal disposición, ha desencadenado un debate moral y ético de proporciones significativas.
La Academia vaticana no ha titubeado en su posición, reiterando que «no puede ser un derecho» poner fin a una vida humana. En un mundo que proclama los derechos humanos universales, el comunicado enfatiza la incompatibilidad de otorgar un supuesto derecho a la supresión de la vida humana.
El comunicado no solo aborda la situación en Francia, sino que también hace un llamamiento a todos los gobiernos del mundo y a todas las religiones para que prioricen la protección de la vida en esta era histórica.
En un llamado a la reflexión, la Pontificia Academia para la Vida destaca que la protección de la vida humana debe ser el objetivo primordial de la humanidad. Se subraya la importancia de abordar las difíciles realidades de nuestro tiempo con una civilización jurídica que priorice la protección de los más débiles y vulnerables.
El comunicado también hace hincapié en que la defensa de la vida no es una mera ideología para la Iglesia católica, sino una realidad humana fundamental que concierne a todos los cristianos. Se cita al papa Francisco, quien ha afirmado que la protección de la vida es una realidad que involucra tanto a cristianos como a seres humanos.
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