La periodista china Zhang Zhan, que pasó cuatro años en prisión por informar sobre el brote inicial de la covid en la ciudad de Wuhan, confirmó hoy en un vídeo que fue liberada de prisión, si bien se encuentra bajo vigilancia policial.
En los últimos días había crecido la inquietud por el paradero de Zhang, que hoy publicó un vídeo difundido por X y verificado por organizaciones de derechos humanos en el que explica que la policía la envío a la casa de su hermano en la ciudad oriental de Shanghái el pasado 13 de mayo, día en que cumplía condena.
«Gracias a todos por la ayuda y el cariño. Espero que todo el mundo esté bien… No puedo decir nada, la verdad», afirma Zhang en el vídeo, difundido por Reporteros Sin Fronteras o Chinese Human Rights Defenders (CHRD) en sus cuentas de X.
Esta última organización celebró que Zhang haya salido de prisión y esté con su familia, si bien destacó que «su libertad es solo limitada» dado que, como muchos otros activistas que salen de la cárcel, está siendo «vigilada por la policía y con los movimientos restringidos».
El pasado día 13, y tras haber sido detenida en mayo de 2020, Zhang cumplió una condena de cuatro años en prisión por informar sobre el brote inicial de la covid-19 en la ciudad china de Wuhan.
Zhang siempre se negó a aceptar los cargos que se le imputaban, alegando que sus informaciones sobre Wuhan -publicadas a través de plataformas como WeChat y otras prohibidas en el país como Twitter o YouTube- no deberían ser censuradas.
Según Amnistía Internacional (AI), el trabajo de Zhang en Wuhan se centró en informar del acoso a otros reporteros y a familiares de víctimas del coronavirus durante el primer brote a nivel mundial de la pandemia de la covid-19.
AI pidió entonces su liberación y denunció que el juicio fue «un vergonzoso ataque a los derechos humanos» dado que la reportera «trataba de contar lo que estaba sucediendo en Wuhan en medio de una fuerte opacidad gubernamental sobre la pandemia».
La Fiscalía pidió una sentencia de entre cuatro y cinco años de prisión por «publicar repetidamente un gran número de informaciones falsas» y aceptar entrevistas con medios extranjeros para «exagerar maliciosamente» la situación del coronavirus en Wuhan.
Finalmente, Zhang fue condenada a cuatro años por «buscar pelea y provocar problemas», un cargo comúnmente utilizado por Pekín para atacar a disidentes, críticos y activistas de derechos humanos.
En septiembre de 2020, inició una huelga de hambre que causó preocupación por su salud.
En Wuhan, las autoridades locales tardaron en dar parte de la información disponible sobre el brote, debido, según el entonces alcalde, Zhou Xianwang, a que necesitaban la aprobación de instancias superiores para hacerlo.
El origen de la pandemia fue en su momento un tema tabú entre los residentes de la ciudad y, aunque algunos sí reconocían la confusión que reinó en los primeros compases del brote, no fue hasta febrero de 2020 que las autoridades de la ciudad reconocieron que se había tardado demasiado en revelar la información disponible.
EFE
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