Meloni podría abrir la puerta a un dominio conservador en el parlamento continental.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, se encuentra en una encrucijada política crucial tras las elecciones a la Eurocámara. Meloni debe decidir si apoya la propuesta de Ursula von der Leyen, actual presidenta de la Comisión Europea y candidata del Partido Popular Europeo (PPE), para formar una gran coalición proeuropea, o si se une a otras formaciones para crear, por primera vez, un macrogrupo de derecha en el Parlamento Europeo.
La mandataria italiana se enfrenta a un panorama político cambiante, con la pérdida de escaños de los partidos de centro e izquierda y la reconfiguración de la derecha.
Su decisión podría consolidarla como una líder europea, pese a las diferencias ideológicas con la política tradicional, o bien marcar el inicio de una unión inédita de partidos conservadores en la Eurocámara.
Como presidenta del partido Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), y con alta probabilidad de ser la delegación que más diputados aportará al Parlamento Europeo, Meloni también podría decidir mantenerse en esta formación, aprovechando la flexibilidad para aliarse según convenga.
Sin embargo, los socialdemócratas (S&D) ya han advertido que no formarán parte de ninguna coalición que incluya al ECR. Quedarse en una posición intermedia podría resultar «arriesgado», según analistas consultados.
La decisión de Giorgia Meloni no solo determinará su futuro político, sino también el rumbo de la política europea en los próximos años. Su elección podría redefinir el equilibrio de poder en la Eurocámara y marcar un punto de inflexión en la relación de Europa con los movimientos conservadores.
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