La directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, Kimberly Cheatle, ha admitido ante el Congreso este lunes que tanto ella como la agencia que dirige fracasaron cuando hace una semana un hombre intentó asesinar al candidato presidencial republicano Donald Trump en un mitin de campaña en Pensilvania.
En su comparecencia, ha asumido “la responsabilidad completa” del lapso en “seguridad” de su agencia y ha asegurado que están cooperando con las investigaciones en curso sobre el atentado.
“Fracasamos. Como directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, asumo toda la responsabilidad por cualquier fallo de seguridad”, ha asegurado ante el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, donde se enfrenta a la llamada de los republicanos que buscan que sea destituida. Asegura que el intento de asesinato al republicano es “el mayor error en décadas”.
Cheatle ha asegurado que “los próximos días van a ser un tiempo de protección sin precedentes”, asegurando la seguridad para el candidato republicano en la larga campaña hasta las elecciones de EEUU en noviembre.
“Tengo toda la confianza en los hombres y mujeres del Servicio Secreto, tienen todo nuestro apoyo”, ha asegurado, en el Congreso. “El edificio estaba fuera del perímetro, pero esto lo queremos observar durante la investigación”, ha añadido.
La directora de la agencia también ha querido aclarar que los agentes asignados a Donald Trump (del Servicio Secreto) son “los suficientes” y que entregó lo que le solicitaron.
A pesar de las voces republicanas que piden su dimisión, Cheatle ha asegurado que ahora mismo es “la mejor persona que tiene la agencia ahora mismo para dirigirla”. “Desde que he vuelto como directora del Servicio Secreto hemos tenido un aumento en la contratación”.
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