El miércoles, Ucrania llevó a cabo un ataque aéreo contra Moscú utilizando 11 drones, los cuales, según afirmaciones del gobierno ruso, fueron interceptados y derribados. Este incidente se enmarca en uno de los ataques más significativos dirigidos hacia la capital rusa. Por otro lado, las fuerzas de defensa de Ucrania reportaron la destrucción de 50 drones y misiles rusos durante el enfrentamiento.
Estos ataques aéreos contra Moscú se producen en un contexto de intensificación de la ofensiva ucraniana en la región rusa de Kursk, cuyo objetivo, según el gobierno de Kiev, es acelerar el final de la campaña militar lanzada por Rusia en febrero de 2022 bajo condiciones “justas”.
El Ministerio de Defensa de Rusia confirmó que “once aviones no tripulados fueron destruidos” en el área de Moscú y sus alrededores. Asimismo, Sergei Sobyanin, el alcalde de Moscú, calificó el evento como uno de los intentos más significativos de llevar a cabo un ataque con drones en la ciudad. El alcalde también informó en una comunicación previa que no se habían reportado daños ni víctimas a consecuencia del ataque.
En respuesta a la amenaza, las autoridades impusieron restricciones temporales en las operaciones de los aeropuertos de Vnukovo, Domodedovo y Zhukovsky, las cuales estuvieron vigentes desde las 2:31 hora local de Moscú (23:31 GMT del martes) hasta las 6:30 horas. En el aeropuerto de Sheremetevo, sin embargo, no se implementaron restricciones.
Los ataques con drones contra Moscú son relativamente inusuales. En mayo, Rusia reportó la interceptación de un dron en las afueras de la capital, lo que llevó a la imposición de restricciones temporales en dos de los principales aeropuertos de la ciudad durante menos de una hora.
De acuerdo con el Ministerio de Defensa ruso, un total de 45 drones provenientes de Ucrania fueron destruidos por los sistemas de defensa antiaérea del país.
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