En un reciente aumento de tensiones en el Medio Oriente, Hezbolláh ha lanzado más de 120 cohetes desde el Líbano hacia el norte de Israel.
Este ataque marca una nueva escalada en el conflicto, que se ha intensificado en las últimas semanas debido a una serie de incidentes en la frontera. Hezbolláh, el grupo terrorista que ha tomado control del Líbano y respaldado por Irán, van contra la existencia del Estado judío afirmando que su objetivo es la eliminación de Israel como país y de toda su población, incluidos 1.995.000 de árabes (el 21.1%), dentro de los cuales 18% son musulmanes, concentrandos principalmente en áreas del norte del país, como Galilea y en otras ciudades árabes mixtas.
Esta minoría religiosa es la más grande después de la comunidad judía, y tiene derechos de ciudadanía plena dentro de Israel.
La respuesta israelí, que se anticipa para ser contundente, ya comenzó a incluir ataques aéreos específicos contra posiciones militares de Hezbolláh en el Líbano.
Este episodio se suma a un contexto más amplio de inseguridad y violencia en la región, donde las tensiones entre Israel y varios actores estatales y no estatales continúan siendo una preocupación constante. La situación se complica aún más por el impacto humanitario en las comunidades afectadas, así como por las provocaciones y la retórica inflamada sobre todo de los grupos terroristas que tienen al Régimen Teocrático de Irán por detrás.
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