Recientemente, Burkina Faso ha sido escenario de una nueva batalla terrorista ha dejado un saldo trágico de cientos de víctimas, incluyendo mujeres y niños. 26 cristianos degollados en otra masacre islamista con oleada de asaltos a parroquias. Este ataque se enmarca en un clima de creciente violencia en la región, que ha llevado a un aumento significativo de desplazamientos forzados y ataques a comunidades vulnerables.
Los grupos yihadistas rodearon una aldea, donde reunieron a la población y procedieron a atar a todos los varones mayores de 12 años que se identificaban como cristianos, seguidores de cultos tradicionales o que se oponían a la ideología islamista. Posteriormente, los enfrentaron a su muerte en un acto de barbarie al degollar a 26 hombres en un templo protestante cercano, incluidas varias víctimas de la fe católica.
Días antes de este ataque devastador, tres parroquias ubicadas en las cercanías de la frontera con Malí fueron asaltadas, resultando en un desplazamiento masivo de sus habitantes. Fuentes locales informan que cerca de cinco mil mujeres y niños se han refugiado en la ciudad de Nouna. Se ha reportado que no se ha visto a ningún varón entre los desplazados, lo que plantea interrogantes sobre el destino de la población masculina, que permanece sin localización, y si han logrado escapar o si han sido victimas de asesinatos.
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La diócesis de Nouna ha sido objeto de numerosos ataques y actos de vandalismo en los últimos meses, dondetemplos católicos, protestantes y animistas han sido incendiados o destruidos. Un testigo relatan que, en un intento de ataque, un catequista escuchó el sonido de motos y logró alertar a la comunidad. Gracias a su reacción rápida, logró rescatar el Santísimo Sacramento de la iglesia y guiar a la población al bosque. Si bien no hubo víctimas durante este incidente, la iglesia fue vandalizada gravemente, con intentos de profanación del tabernáculo y la destrucción de imágenes religiosas, así como inscripciones en las paredes que socavaron un fresco del Sagrado Corazón de Jesús.
Desde mayo de 2024, se estima que aproximadamente 100 cristianos han sido asesinados en el área pastoral de Zekuy-Doumbala. Además, varios individuos han sido secuestrados, y su paradero sigue siendo desconocido, lo que enfrenta la población en general de la región y en específico la población cristiana.
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