En una reciente reunión entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de Francia, se abordaron varios temas de interés global.
Durante el encuentro, una periodista planteó la inquietud sobre los recortes de casi el 40% de los contratos cancelados por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).
La periodista cuestionó a Trump sobre si considera que DOGE podría beneficiarse de unas «comunicaciones más ágiles», haciendo referencia a la falta de respuesta de algunos empleados federales.
Trump respondió con una crítica contundente: «Porque tenemos gente que no se presenta a trabajar, y nadie sabe si trabaja para el gobierno».
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El contexto de estas afirmaciones se agrava con las recientes declaraciones de Elon Musk, jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental, quien anunció que los empleados federales que no respondan a un correo electrónico enviado durante el fin de semana, donde se les solicita justificar sus trabajos, recibirán una segunda oportunidad «sujeta a la discreción del presidente».
Musk también advirtió que aquellos que no respondan a esta segunda comunicación podrían ser despedidos.
La Oficina de Gestión de Personal había notificado previamente que responder al correo electrónico de Musk era voluntario.
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