Un inmigrante marroquí ha sido condenado a dos años de prisión firme y expulsión del territorio francés por apuñalar cinco veces a un compatriota tras recriminarle por beber cerveza, alegando que el alcohol es “haram” (prohibido) según el islam.
El violento episodio tuvo lugar en un piso ocupado de apenas *65 metros cuadrados, donde convivían *hasta 16 personas en condiciones precarias. El agresor, de 26 años, discutió con su compañero por unas latas de cerveza guardadas en el refrigerador ubicado dentro de la habitación de la víctima. Lo que comenzó como una advertencia religiosa terminó en un intento de homicidio.
El atacante asestó cinco puñaladas en zonas sensibles del cuerpo: cuello, espalda, cadera y antebrazos. La víctima fue encontrada cubierta de sangre y sufrió una incapacidad laboral de 12 días. El agresor también resultó con lesiones, incluyendo una fractura nasal.
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Durante el juicio, el acusado negó todos los cargos. Su abogado intentó justificar el ataque aludiendo a una supuesta provocación y a las tensiones generadas por el hacinamiento extremo del lugar, que no contaba ni con cocina ni comedor. La defensa incluso acusó al propietario del inmueble de manipular la situación para desalojar al inquilino y alquilar a nuevos ocupantes. Las autoridades han abierto una investigación sobre este casero, habitual en alquileres de zonas degradadas.
Sin embargo, el tribunal valoró la gravedad del ataque con arma blanca y dictó una sentencia que incluye:
- Prisión firme por dos años
- Expulsión del territorio francés
- Prohibición de reingreso por 10 años
- Inhabilitación para portar armas durante 5 años
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