Lo que debía ser una ceremonia fúnebre en memoria de un fiel de la iglesia terminó convertido en una carnicería. La noche del pasado lunes 8 de septiembre, en la aldea de Ntoyo, este de la República Democrática del Congo, al menos 100 cristianos fueron brutalmente asesinados por extremistas islámicos armados con machetes y fusiles.
Al rededor de las nueve de la noche, la comunidad se había reunido en torno al funeral de un creyente. Pero la reunión pacífica fue interrumpida por las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), milicia que juró lealtad al grupo Estado Islámico. El ataque dejó un saldo de 70 muertos inmediatos, 100 secuestrados y 16 viviendas incendiadas.
«Llegaron y empezaron a matar. Los que intentaron huir fueron acribillados a tiros y otros fueron asesinados con machetes», relató Mbula Samaki, líder de la iglesia 55e CEBCE en Mangurejipa.
Las escenas descritas por los sobrevivientes son dantescas. Paluku Nzalamingi, párroco de la localidad, confirmó que los atacantes masacraron indiscriminadamente a hombres, mujeres y niños:
«Vi cuerpos de mujeres sobre colchones, otros en pasillos, algunos en la carretera. Casi todos los que estaban en el entierro fueron asesinados».
El pastor principal de la zona salvó su vida por cuestión de minutos.
«Acababa de pasar por Ntoyo. Menos de 30 minutos después nos enteramos del ataque. Dios todavía tiene una misión para mí», declaró a un colaborador local de Puertas Abiertas.
EL TERROR NO SE DETUVO
Al amanecer del martes, los terroristas regresaron. Esta vez atacaron a agricultores cristianos en Potodu, cerca de la ciudad de Oicha, donde familias enteras habían improvisado campamentos junto a sus campos de cultivo. Allí fueron nuevamente masacrados creyentes que dependen de la tierra para sobrevivir.
El saldo preliminar asciende a 30 cristianos asesinados en Potodu, aunque las cifras podrían aumentar, ya que decenas permanecen desaparecidos.
«Es una noche de tristeza y desolación para los cristianos», expresó el pastor Paluku, de la CECA20 Oicha. «Que Dios venga en nuestro auxilio, porque estamos hartos de estos asesinatos en el territorio de Beni».
SILENCIO INTERNACIONAL
La República Democrática del Congo ocupa el puesto 35 en la Lista Mundial de la Persecución 2025, elaborada por organizaciones cristianas que denuncian el creciente exterminio de fieles en África a manos de grupos yihadistas. Sin embargo, los gobiernos occidentales y organismos internacionales guardan un silencio ensordecedor frente a lo que se configura como un genocidio contra los cristianos.
La brutalidad con la que opera la ADF, hoy alineada con el Estado Islámico, demuestra que África se ha convertido en un nuevo epicentro del terrorismo islámico. Mientras tanto, las víctimas siguen siendo en su mayoría campesinos pobres que solo querían llorar a sus muertos o proteger sus cosechas.
La pregunta que muchos se hacen en el este del Congo es clara: ¿Hasta cuándo el mundo seguirá ignorando la sangre de los cristianos?
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