La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, denunció una amenaza de muerte en su contra, escrita en las calles como advertencia política. El mensaje intimidatorio, lejos de doblegarla, fue respondido con firmeza por la líder italiana, quien recordó que “los que viven del odio y la intimidación nunca serán como Charlie Kirk, porque no saben el valor del diálogo, la comparación y la democracia”.
Meloni afirmó que, tal como el referente conservador estadounidense, se siente orgullosa de ser señalada por quienes odian la libertad de pensamiento: “Ser arrastrado hacia él es algo de lo que estar orgulloso: Kirk ha hecho de su vida una batalla por la libertad de pensamiento”.
Sin embargo, lo curioso es la reacción de ciertos sectores progresistas, que lejos de condenar las amenazas contra la mandataria, aprovecharon la ocasión para atacarla por su posición firme frente a Medio Oriente. Meloni ha rechazado apoyar la creación de un Estado palestino mientras el grupo terrorista Hamas continúe gobernando y sembrando violencia en la región, una postura coherente con la defensa de la seguridad de Israel y del derecho a vivir en paz.
“La violencia jamás silenciará nuestras convicciones”, aseguró Meloni, al tiempo que reiteró que quienes escriben amenazas en las paredes “siempre serán prisioneros de la violencia. Nosotros seguiremos caminando libres, fuertes en nuestras ideas”.
Una vez más, la izquierda internacional muestra que es capaz de justificar incluso el odio, con tal de golpear a una mujer que no se rinde ante las imposiciones ideológicas y defiende sin ambigüedades la democracia, la libertad y la vida.
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