Nepal elige a una niña de dos años como su nueva “diosa viviente”

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Una niña de apenas dos años fue elegida como la nueva kumari, o “diosa viviente”, en una tradición hinduista y budista que se mantiene viva en el valle de Katmandú.

Se trata de *Aryatara Shakya, de dos años y ocho meses, quien fue llevada este martes por sus familiares desde su casa hasta el *Kumari Ghar, el templo-palacio donde residirá durante los próximos años. Reemplaza a la anterior diosa, que perdió su estatus al llegar a la pubertad, y el jueves ofrecerá su primera bendición a los devotos, incluido el presidente de Nepal.

Las kumaris son niñas elegidas por su supuesta pureza espiritual y perfección física. Según las tradiciones hinduistas y budistas, deben reunir los 32 “lachhins”, o atributos que simbolizan las virtudes de Buda, entre ellos una dentadura perfecta, ojos y cabello oscuros, una voz “clara como la de un pato” y un historial médico sin imperfecciones.

El proceso de selección involucra a *sacerdotes y astrólogos, que buscan entre las niñas de la comunidad *Newar de Katmandú a aquella que cumpla las condiciones espirituales y físicas necesarias. La kumari real además debe compartir el mismo signo zodiacal que el presidente del país, como símbolo de prosperidad nacional.

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Durante su designación, Aryatara fue llevada en brazos por su padre ante una multitud de fieles que se postraron para tocar sus pies, en señal de devoción.

“Ayer era solo mi hija, pero hoy es una diosa”, dijo su padre, Ananta Shakya, al recordar que su esposa soñó con una deidad antes del nacimiento de la niña.

La anterior kumari, Trishna Shakya, hoy de 11 años, fue la diosa viviente desde 2017. Al llegar a la pubertad, la tradición considera que la divinidad abandona el cuerpo de la niña, quien entonces vuelve a la vida normal.

Las kumaris viven recluidas en el templo, con salidas limitadas a los festivales religiosos, donde son transportadas en carrozas y vestidas de rojo con un “tercer ojo” pintado en la frente. Su vida está rodeada de respeto y también de supersticiones: según el folclore nepalí, los hombres que se casan con una exkumari morirán jóvenes, por lo que muchas permanecen solteras.

Con el paso del tiempo, esta tradición milenaria ha incorporado algunos cambios. Hoy se permite que las niñas reciban educación privada dentro del templo e incluso tengan acceso a televisión. El gobierno nepalí también ofrece una pequeña pensión mensual a las kumaris retiradas.

El nombramiento de Aryatara coincidió con el octavo día del festival Dashain, la celebración más importante de Nepal, que simboliza la victoria del bien sobre el mal y mantiene viva una de las costumbres religiosas más singulares del mundo.

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