Una nueva noche de violentos enfrentamientos sacudió Dublín luego de que se hiciera público que un hombre de origen afgano, con orden de deportación pendiente desde hace meses, agredió sexualmente a una joven irlandesa.
El ataque, desató la indignación ciudadana y reavivó las tensiones por la crisis migratoria que atraviesa el país.Las protestas se concentraron frente al antiguo Hotel Citywest, convertido en uno de los mayores centros de acogida de refugiados de Irlanda y donde residía el agresor. Cientos de manifestantes salieron a las calles, algunos portando banderas nacionales y coreando “¡Que se vayan!”, en referencia a los más de 2.000 inmigrantes alojados en el complejo.
Durante los disturbios, los manifestantes incendiaron un vehículo policial y arrojaron botellas, ladrillos y fuegos artificiales contra los agentes. La Garda —policía irlandesa— desplegó cerca de 300 efectivos para contener la violencia, resultando una agente herida en un pie. También se reportaron ataques con rayos láser a un helicóptero policial y varios intentos de romper el cordón de seguridad.
El comisario Justin Kelly calificó los hechos como “matonismo” y afirmó que la protesta “no fue pacífica en absoluto”. Por su parte, el primer ministro Micheál Martin condenó los ataques contra la policía, aunque reconoció que el caso de la menor, bajo tutela del Estado, es “profundamente preocupante” y que “no fue protegida como debía”.El sospechoso, de unos 20 años y procedente de África según medios locales, había llegado a Irlanda hace seis años.
Tras la denegación de su solicitud de asilo en 2024, las autoridades emitieron una orden de expulsión en marzo pasado que nunca se ejecutó.El gobierno había adquirido el Hotel Citywest en septiembre por unos 150 millones de dólares para transformarlo en un centro permanente de inmigración, medida que generó amplio rechazo entre los vecinos.
Este nuevo episodio se suma a una serie de crímenes violentos cometidos por inmigrantes en los últimos meses, que han avivado el debate sobre las políticas de asilo y seguridad en Irlanda. Desde 2023, el país ha sido escenario de disturbios, saqueos y ataques tras sucesivos casos de agresiones cometidas por solicitantes de refugio o extranjeros en situación irregular.
Las autoridades han dispuesto una vigilancia reforzada en torno al centro de refugiados para evitar nuevos incidentes, mientras crece el descontento ciudadano ante una inmigración masiva que muchos consideran fuera de control.
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