El Gobierno español ha activado de manera acelerada los protocolos diplomáticos de seguridad ante el deterioro de la situación en Venezuela, un movimiento que fuentes diplomáticas describen como “habitual”, pero que esta vez se ha puesto en marcha con una urgencia poco común.
La decisión coincide con la cancelación de vuelos de Iberia a Caracas y con la alerta emitida por la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA), que encendió las alarmas sobre el espacio aéreo venezolano.
Aunque el Ministerio de Asuntos Exteriores se esfuerza en presentar estas medidas como parte de los procedimientos estándar, lo cierto es que el ritmo y la discreción con la que se han activado reflejan una creciente preocupación en Madrid por la estabilidad del país sudamericano, sumido en una espiral de tensiones políticas, interferencias aéreas y actividad militar inusual.
Iberia cancela vuelos y Europa se mueve
La cancelación de los vuelos de Iberia, una decisión que nunca se toma a la ligera, ha servido como termómetro de la inquietud en los despachos europeos. La aerolínea española se sumó así a los movimientos de otras compañías del continente, que han optado por suspender operaciones en Venezuela tras el aviso estadounidense.
La FAA advirtió a todas las aerolíneas sobre el aumento de actividad militar y múltiples interferencias detectadas desde septiembre en el espacio aéreo venezolano, e instó a “extremar la precaución”. El mensaje, contundente, ha sido interpretado como una señal inequívoca de que la comunidad internacional está elevando su nivel de alerta.
España prepara escenarios de repatriación
De acuerdo con fuentes consultadas, los protocolos activados por Exteriores incluyen la revisión de la seguridad del personal diplomático en Caracas, así como la preparación de distintos escenarios de repatriación preventiva si la situación empeora. Estas medidas se toman en coordinación con socios europeos y organismos internacionales, en un seguimiento “continuo y detallado” de los acontecimientos.
Aunque el Gobierno español evita alimentar la sensación de crisis, los movimientos en Madrid, sumados a las advertencias de Washington, evidencian que Venezuela vuelve a colocarse en el centro de las preocupaciones diplomáticas. Y esta vez, con un nivel de urgencia que difícilmente puede disimularse.
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