
El Supremo evalúa si un tribunal inferior se excedió al impedir que una madre comparta actividades religiosas con su hija de 12 años.
El caso Bickford vs. Bradeen enfrenta derechos parentales, libertad religiosa y decisiones de tribunales de familia. Emily Bickford, representada por Liberty Counsel, busca revertir una orden de custodia emitida en diciembre de 2024.
Ava asistió tres años a Calvary Chapel en Portland (Maine) y decidió bautizarse. Tras informarlo a su padre, comenzó el conflicto.
La defensa afirma que el padre presentó expertos que calificaron a Calvary Chapel como “secta”. El tribunal falló a su favor.
El juez prohibió a la madre llevar a la niña a cualquier iglesia sin aprobación del padre.
La menor tiene prohibido:
- Asistir a servicios religiosos
- Celebrar Navidad o Pascua
- Ir a bodas, funerales u hospitales si hay vínculo religioso
- Leer la Biblia sin permiso
- Ver a amigos de la congregación
Liberty Counsel afirma que no hay pruebas de abuso o negligencia. Solo se mencionan episodios de ansiedad y miedos, insuficientes para limitar la fe.
La abogada Michelle King asegura que hay documentación que demuestra perjuicio para la menor. “El interés superior del niño es prioridad”, dijo a Newsweek.
El fallo podría marcar precedente sobre:
- La autoridad de los tribunales de familia
- Límites a la libertad religiosa
- Uso de expertos en salud mental y religión
¿Debe un juez decidir si una madre puede llevar a su hija a la iglesia?




